En varias ocasiones hemos hablado de nuevas formas de relaciones de pareja, pero hoy nos vamos al lado opuesto, para hablar de lo contrario, de la tendencia a no tener pareja, que parece ir creciendo cada vez más entre los jóvenes, que cada vez piensan menos en pasar el resto de su vida con la misma persona y formar una familia con ella.
Al menos es lo que se deduce del dato del INE que confirma un aumento de los solteros en nuestro país. Nada más y nada menos que catorce millones de solteros, fueron los contabilizados durante el último trimestre del 2023, El 52% eran hombres y el 48% mujeres, explican desde Antena3.
Aunque parece que la proporción de población soltera no ha dejado de subir desde mediados de los años setenta hasta ahora, según explica en 20Minutos, el demógrafo Pau Miret, que para su estudio ‘Patrones de género en relación al empleo, la instrucción y la inmigración en las pautas de soltería por edad en España’ (2023), revisó más de 10,5 millones de datos trimestrales de la EPA desde 1976 hasta 2023 y descubrió que «ciertamente la soltería ha alcanzado niveles inusitados«, explica.
Pero, ¿cual es la razón de que el número de solteros aumente cada vez más?. En declaraciones a Antena3, la coach Patricia Navarro explica que el dato tiene que ver por la percepción que tiene la sociedad sobre el amor: «Creen que la pareja es sacrificio y lucha«, explica.
Además Miret, señala en su investigación, dos circunstancias como precursoras de una mayor tendencia a la soltería: un alto nivel de instrucción en las mujeres y la falta de empleo en los varones: «En los hombres parece que la formación de pareja está muy vinculada a tener una relación laboral estable, en las mujeres parece que se mantiene que cuanto más estudian más tarde y menos forman pareja», explica y habla además de que los jóvenes adultos «dedican más años a la formación, perciben falta de estabilidad laboral y sufren escasez de vivienda accesible, los que dificulta emanciparse de la vivienda de los padres», además de la pérdida de importancia de la formación de la familia, «con los costes vitales que supone a los individuos«, explica.
Navarro a su vez cree que el hecho de que hayan crecido de la mano de un teléfono o una red social, hace a las nuevas generaciones emocionalmente más débiles que las anteriores y con una necesidad de protección y afecto, que dificulta la estabilidad en la pareja sentimental y añade el miedo a la frustración como otro factor que puede influir.
Miret explica que a finales de los setenta lo que se denomina «celibato definitivo» o lo que es lo mismo, no haber convivido en pareja antes de los 39 años, estaba representado por un 11% de la población en ambos sexos. Cuando estudió las cohortes de 2001 la cifra fue similar, pero en el último tramo de su estudio, en 2018, ya se había situado en un «extraordinario» 20%, explica y concluye que: «la formación de la primera pareja es cada vez más tardía, que quienes lo hacen esperan ampliamente pasados los 30, y que uno de cada cinco españoles nunca constituye esa unión».
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