Beber agua de una botella arrugas

⁠Manual para sobrellevar el calor de este verano: Trucos para que sea más fácil estar bien hidratados

Un experto en salud que el mejor indicador es el propio cuerpo

Lucía Villalba

Con la llegada del verano, mantener una buena hidratación se vuelve más importante que nunca. Pero, ¿cuánta agua debemos beber al día? ¿Y en qué momentos es más adecuado hacerlo? A menudo se repite la cifra de «ocho vasos de agua al día», pero lo cierto es que detrás de esta recomendación hay mucho más que una regla general.

La Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) estableció en 2010 que la ingesta adecuada de líquidos es de unos 2 litros diarios para las mujeres (2,3 en embarazadas y 3 en lactantes) y 2,5 litros para los hombres, considerando una actividad física moderada y temperaturas normales. Estas cantidades incluyen también el agua que aportan los alimentos, que puede representar entre un 20% y un 30% del total.

Algunos estudios más recientes elevan esta cifra a 3,7 litros para hombres y 2,7 para mujeres, aunque muchos nutricionistas consideran que estas cantidades son excesivas. El experto en salud natural Mariano Bueno, autor de ‘El Milagro Azul’, apunta que el mejor indicador es el propio cuerpo. Si rara vez sentimos sed y nuestra orina es clara, probablemente estemos bien hidratados.

En cualquier caso, hay consenso en que una ingesta inferior a litro y medio no es recomendable, ya que puede afectar a funciones clave como la digestión o la circulación. Por ello, se insiste en repartir la hidratación a lo largo del día, sin esperar a tener sed.

Cinco momentos clave para beber agua en verano

  • Al levantarse, en ayunas: Tras varias horas sin beber, un vaso de agua por la mañana ayuda a reactivar el organismo y poner en marcha nuestros órganos internos.
  • Antes de comer: Es preferible beber agua antes que durante la comida, ya que al hacerlo en plena digestión se diluyen los jugos gástricos y puede dificultarse la asimilación de nutrientes.
  • Entre comidas: Beber agua a media mañana o por la tarde ayuda a regular la presión arterial y mantener estables los niveles de energía.
  • Durante el ejercicio físico: Lo ideal es beber un vaso de agua al menos dos horas antes de hacer deporte y, si la actividad es intensa, tomar entre 100 y 200 ml cada 15 o 20 minutos.
  • Antes de ir a dormir: Si no hay problemas urinarios, un vaso de agua antes de acostarse puede prevenir deshidrataciones nocturnas y favorecer la función cardiovascular.

Como complemento, Mariano Bueno también recomienda el agua con limón en ayunas, especialmente en zonas donde el agua es “dura”. Este hábito no solo facilita la hidratación, sino que aporta antioxidantes naturales y ayuda a equilibrar el pH corporal.

En definitiva, más allá de contar vasos, lo fundamental es escuchar al cuerpo, repartir bien las tomas y priorizar siempre el agua frente a refrescos, zumos o bebidas con azúcar. En verano, la hidratación no es solo salud, es supervivencia.

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