Análisis de 'Pueblo Salvaje II', álbum de Manuel Carrasco

La apuesta más firme de Manuel Carrasco por la esencia, la raíz y la pureza: Análisis de ‘Pueblo Salvaje II’, su nuevo disco

Firma uno de los proyectos más ambiciosos de su discografía

Marcos Aceña

Manuel Carrasco siempre trabaja a la perfección los conceptos que rodean sus proyectos discográficos, y esta vez no iba a ser menos. ‘Pueblo Salvaje II’ se abre paso con los mensajes más contundentes y los ritmos más poderosos, marcando un punto de inflexión más que reconocible. Y es que reconozco que desde que escuché ‘Pueblo Salvaje’, uno de sus singles, mis ganas por descubrir el proyecto musical que el onubense traía entre manos crecieron exponencialmente, una sensación que volvió a repetirse con todas y cada una de las canciones que he podido escuchar hasta el día de hoy, cuando se pone oficialmente a la venta el álbum.

Un álbum en el que Manuel es plenamente, y una vez más, Manuel, haciendo gala de su buen gusto musical, tanto a la hora de componer las canciones como en el momento de producirlas, y es que todos estos temas transmiten una sensación de calidad exquisita que te deja con ganas de más. Además, sus letras son más puras y profundas, si cabe, que en proyectos anteriores. Y es que todas ellas tienen impregnadas el sello y la raíz del artista, aspecto que refleja a la perfección la creación artística que se ha escogido para la portada de este trabajo tan ambicioso.

10 canciones y 5 interludios: la combinación ganadora de Manuel Carrasco

El nuevo disco de Manuel Carrasco comienza con ‘El grito del niño’, un tema con mucha fuerza en el que el artista alude a esta metáfora con un mensaje en el que su identidad es la verdadera protagonista, en compañía de guitarras y percusiones que conforman una apertura magistral que se enlaza con ‘Pueblo Salvaje’, el tema con el que el álbum comparte título prácticamente en su totalidad. Una canción que con frases como «que nos roban el tiempo y la libertad» o «más brindis al aire y menos diazepam» hace una perfecta lectura sobre muchos de los aspectos que nos rodean como sociedad. Una sociedad que en muchas ocasiones se olvida de lo verdaderamente importante para centrarse en cosas banales o superfluas.

En tercer lugar nos topamos con ‘Mi dignidad’, un canto a la esencia de cada uno de nosotros, eso que permanece inquebrantable en nuestro interior, en nuestra mirada y en nuestra piel; algo que nunca conseguirán arrebatarnos, pese a que lo intenten. Algo que se va entendiendo a lo largo de la canción, cuyo ritmo se acelera en la parte final, haciendo así que el mensaje se transmita aún con más fuerza.

Golpes de tambor e instrumentos de viento son los encargados de hacernos llegar hasta ‘Tengo el poder’, cuya melodía puede transportarnos a esas batallas legendarias que vemos en las mejores películas. De nuevo, el artista habla sobre la fuerza interna, que es capaz de hacer frente a cualquier limitación que puedan ponernos en el camino, dando un mensaje de seguridad personal que cobra fuerza con todos los elementos sonoros incluidos en la producción del tema, una de las que más sobresalen del proyecto.

‘Museo del prado’ comienza con un ritmo completamente diferente al de los cuatro temas anteriores, pero a medida que va pasando el tema, va ganando compañía musical, aunque con un tempo algo más ralentizado. Y no por eso pierde fuerza, sino todo lo contrario, ya que se apoya en un grupo de violines y en un coro que acompañan a la perfección al artista, que hace un símil con los cuadros que se encuentran expuestos en uno de los museos más emblemáticos de la capital, inmóviles, unos enfrente de los otros, tal y como les pasa a muchas personas que buscan respuestas en aquellos que no se la pueden dar.

Los interludios son esenciales en este nuevo proyecto, ya que van dividiendo Manuel Carrasco ha querido ir dividiendo el álbum con varios de ellos. El primero que nos encontramos es el de la luna, en el que un cante profundo reflexiona sobre el poder de los sueños para dar paso a ‘Salitre’, la colaboración que el onubense lanzó hace algunos meses junto a Camilo y que ha querido recoger en el paraguas de su ‘Pueblo Salvaje II’. Poco más se puede añadir de esta canción que sigue batiendo récords tras llegar al corazón de cientos de miles de personas.

Las olas del mar reciben a ‘Prohibida’, la novena canción del disco, que rompe por completo con todo lo anterior para sorprender al oyente. Y es que se trata de una salsa que acompaña a una de las letras más sentimentales y pícaras del disco, que hace referencia a los sentimientos que experimentan los componentes de una pareja que se desea y que están abocados a morder la manzana, con frases como «Y sí, yo me quemo por ti, dejemos de fingir, lo nuestro es puro fuego».

El trébol de cuatro hojas hace referencia a la fortuna, y es precisamente este el icono que representa el tercer interludio del disco, en el que se escucha «Tu nombre sabe Dios que venga la buena suerte para ti», antes de dejarnos escuchar ‘La reina del baile’, una vieja conocida que nos ha hecho bailar mucho desde que se publicó días antes del multitudinario concierto que ofreció en el Santiago Bernabéu.

Ya entrando en la parte final del álbum nos encontramos con el cuarto de los interludios, que abre el camino a las dos últimas canciones. ‘Los sueños perdidos’, el tema más pop del álbum, que podrás dedicar a aquella persona que podrá contar con tu apoyo en cualquier lugar. Y es que su mensaje es un grito a la compañía, a la amistad y a la confianza que se siente con el círculo de personas de nuestra confianza.

Su final se liga a la perfección con el comienzo de ‘El enemigo Nº1’, que representa, sin lugar a dudas, una de las letras más puras e íntimas del proyecto, que canta a los problemas que tenemos con nosotros mismos. «Quién te enseñó a hacer daño, cabecita loca, que me estás matando» o «Si no te quieres tú, por más que quieras no puedes», son algunas de las frases que Manuel Carrasco firma en esta canción, que a su vez es la que tiene un ritmo más lento para hacernos tomar conciencia sobre todas y cada una de las palabras que pronuncia.

Un mensaje clave como colofón a ‘Pueblo Salvaje II’

Como cierre encontramos el último interludio en el que una voz se dirige personalmente a quien lo escucha para explicar el concepto de uno de los discos más completos del artista: «No busques respuestas fuera, lo que eres, lo que necesitas, siempre ha estado dentro de ti. Pueblo Salvaje no es un lugar en un mapa, es el latido que nunca se calla, la voz que no se domestica, la verdad que te pertenece. El camino no está escrito porque tú eres el camino, nadie vendrá a marcarlo por ti, nadie vendrá a abrirte la puerta, si pides permiso para ser quien eres nunca lo serás, si esperas que la vida te lo ponga fácil, te quedarás esperando toda la vida, pero recuerda, poner tus propios límites también es una cuestión de amor, amor por lo que eres, por lo que sueñas, por lo que construyes. No pelees solo contra el mundo, aprende a mezclarte con lo diferente, ahí está la verdadera fuerza. No somos lo que traemos sino lo que estamos dispuestos a aprender. No se trata de levantar muros, sino de saber quien eres cuando los cruzas. No se trata de pelear contra todo sino de luchar por lo que realmente importa. No pongas excusas, no te escondas, si lo quieres ve a por ello, si crees en algo, defiéndelo, si sientes el fuego dentro no dejes que se apague, porque tú eres pueblo salvaje, porque dentro de tí ya esta la respuesta, porque los que caminan con el corazón en llamas son los que dejan huella».

Un mensaje que consigue su objetivo, hacernos reflexionar, y que remata de manera perfecta un disco que deja percibir la calidad musical, las ganas y la magistral producción que se esconden en cada uno de sus temas. Temas con los que, una vez más, Manuel Carrasco ha demostrado ser uno de los grandes de nuestra música.