Carne de laboratorio

La carne de laboratorio, cada vez más cerca de su venta en supermercados: estas son sus principales diferencias

Elimina el factor animal de la ecuación

MARTA DEL AMO

La carne de laboratorio, es decir, la carne artificial, está formada gracias al cultivo de las células de animales en laboratorios. A pesar de que la primera vez que se presentó una hamburguesa creada con esta carne fue en 2013, gracias al equipo dirigido por Mark Post, aun no está incluida en supermercados. Al menos, no por ahora. Ha sido la empresa holandesa Mosa Meat la encargada de solicitar formalmente la venta de esta carne en todos los mercados de la Unión Europea.

Esta empresa lleva años intentando conseguir que la carne creada a través de células de vacuno, fuese rentable. Ahora, parece que el proceso de formación de grasa se ha determinado como algo simple y más barato, lo que parece suponer una gran alternativa para que los productos vegetales cada vez se acerquen más al sabor de la carne.

Para tener en cuenta esta solicitud, la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA), tendrá que analizar las características y cualidades de esta grasa, para que la Comisión Europea autorice o no su consumo. Podrían ser hasta 18 meses lo que tarde todo este proceso, además de cumplir la normativa de Nuevos Alimentos, aprobada en la pasada legislatura. A pesar de la gran preocupación por el sector ganadero, el responsable de Mosa Meat ha dejado claro que es un problema basado en que «actualmente estamos en el límite de lo que el planeta puede soportar«, algo que concierne a todos.

¿Cómo se crea la carne de laboratorio?

La carne artificial se crea a partir de «tomar células de animales que normalmente producen carne para nosotros y utilizar esas células como fuente de energía para hacer crecer la carne fuera del animal«, tal y como señala David Kaplan, director del Centro de Agricultura Celular de la Universidad de Tufts.

Estas células se obtienen mediante la biopsia de un animal vivo o uno que esté recién sacrificado, o bien tras extraer las células de un óvulo fecundado. Estas culminan en un producto que asemeja el olor, sabor y tacto de la carne.

carne artifical
Getty

Estas son sus principales diferencias

El principal factor que diferencia esta alternativa, es el eliminar al animal de nuestro consumo de carne, es decir, se vuelve más ético. Además, también es más saludable, así como más beneficioso para el medioambiente, ya que los gases generados por las ganadería suponen el 14,5% de los que llegan a la atmósfera.

No obstante, también cuenta con algunos puntos en su contra. Entre ellos, es una alternativa que requiere, en su mayoría, de un gran presupuesto para llevar a cabo las investigaciones y desarrollos necesarios. Además, necesita conseguir plantas industriales que produzcan las cantidades necesarias para llevar este proyecto a cabo.

Los expertos recomiendan un uso alternado entre la carne animal y vegetal, para promover una alimentación equilibrada y saludable. Por ello, la carne cultivada es un punto perfecto entre ambas que puede llegar a ser la tercera fuente de proteína para nuestra alimentación.

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