Con la llegada del otoño, nuestro cuerpo pide un cambio de alimentación. El bajón de temperaturas, los días más cortos y el cansancio se hace presente en nuestro cuerpo.
Según el estudio Predimed, esta época del año trae consigo las frutas de temporada que no solo conquistan nuestro paladar, también aportan nutrientes esenciales para mantenernos fuertes y con energía.
El caqui es una de las estrellas del otoño. Su aporte en vitamina A y antioxidantes lo convierte en un aliado para mantener una piel en buen estado y reforzar el sistema inmunológico.
Además, su dulzor lo convierte en una opción perfecta para quienes buscan un postre o una merienda saludable sin recurrir a azúcares añadidos.
Por otro lado, la granada con su característico color y sabor refrescante destaca por su alto contenido en polifenoles. Unos compuestos que contribuyen a reducir la inflamación y mejorar la circulación, cuidando el estado del corazón en una época en la que nos movemos poco.
Asimismo, es muy versátil: se puede añadir tanto en ensaladas, como en yogures o simplemente tomar sola con cuchara.
Las uvas no solo son símbolo de tradición navideña, también son fuente de resveratrol, un antioxidante vinculado a la protección cardiovascular. Incorporarlas en desayunos o ensaladas es una manera sencilla de obtener energía sin recurrir a azúcares añadidos.
Por su parte, las peras aportan fibra y agua, favoreciendo una buena digestión y manteniendo la sensación de saciedad durante más tiempo. Son ideales para quienes buscan controlar el hambre en los meses en los que pasamos más tiempo en casa.
El membrillo es quizá la fruta menos conocida, pero gana protagonismo en otoño cuando se transforma en compotas y mermeladas. Rico en taninos, calma el sistema digestivo y aporta un sabor muy característico.
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