
Según la psicología, hacer esperar a tu hijo en la puerta del colegio tras finalizar su jornada diaria podría afectar a su autoestima y seguridad. De lo contrario, que te vea nada más salir de sus clases le da confianza y aumenta su sentimiento de protección.
Además, advierte sobre los riesgos que puede tener el hecho de que tu hijo vea cómo las familias de sus amigos llegan puntuales a recogerlos, mientras él tiene que esperar.
También la edad influye mucho en su percepción: cuanto más pequeños son, menos noción del tiempo tienen. Esto hace que, aunque solo pasen unos minutos, ellos lo perciban como si fueran dos horas.
La psicóloga recomienda explicar con delicadeza a los niños el motivo por el que han tenido que estar solos y buscar una solución por si vuelve a ocurrir, como que se queden acompañados de algún profesor.
Siempre debe hacerse desde la honestidad, ya que inventar excusas podría confundir aún más a tu hijo, hacerle sentir peor y provocar que no vuelva a confiar en ti.
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