Los juegos de apuestas, ya sea online o incluso en bares y establecimientos físicos, se han convertido en un grave problema entre nuestros menores, afectando tanto su salud mental como su economía.
El bajo control y la falta de responsabilidad por parte de algunos padres o tutores legales han hecho que las apuestas sean accesibles para todo tipo de público, sin importar la edad.
Según un estudio del Ministerio de Derechos Sociales, Consumo y Agenda 2030, un 3,7% de nuestros jóvenes juegan de forma problemática a las apuestas. Unas cifras que se incrementan al hablar de hombres, quienes superan el 5%.
Pero lo preocupante llega al analizar la edad de los jugadores, ya que la mayoría se encuentran entre los 14 años, y de ese rango de edad tan solo el 48% conoce los riesgos de esta peligrosa práctica.
Acorde con las informaciones de este estudio, son más los jóvenes que eligen los espacios físicos para apostar, ocupando el 16%, mientras que solo el 9% lo hace online.
Pablo Bustinduy, líder del citado ministerio, ha arrojado algo de luz sobre este asunto, afirmando que dos tercios de los menores que han jugado a las apuestas lo han hecho en alguna ocasión a lo largo de un año y que la mayoría de ellos no ha gastado más de seis euros.
Además, en un reportaje elaborado por la Cadena Ser, también ha abordado el tema del incremento de los jugadores online. Un dato se ha duplicado en los últimos 10 años.
Según datos ofrecidos por el Perfil Anual del Jugador Online, el año pasado España contaba con 1.991.550 jugadores, lo que supone un aumento del 20% en la tasa interanual. Esto significa que, desde 2015, el número de personas que practican el juego online ha pasado a ser más del doble.
En definitiva, el juego y las apuestas online representan un problema que está afectando a la salud mental de nuestros jóvenes, quienes corren el riesgo de acabar dependiendo de una práctica que tiene todo menos beneficios.
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