Dolor de espalda

Los síntomas del glioma difuso, el cáncer que puede confundirse con un dolor de espalda

Presta atención y en caso necesario consulta a tu especialista

Marcos Aceña

El dolor de espalda es uno de los más comunes entre la población española y se puede ocasionar por varias razones, como una mala postura al dormir, falta de calentamiento antes de realizar ejercicio físico o sobrecarga tras largas jornadas de pie, por ejemplo, pero también pueden deberse a otros factores más graves que debemos vigilar de cerca.

Y es que este tipo de dolencias en cualquier parte de la espalda deben ser controladas por los especialistas correspondientes, ya que en los casos más extremos pueden llegar a estar vinculados a un tumor poco común, que en nuestro país tiene una incidencia de unos 10 a 15 casos por cada 100.000 habitantes aproximadamente.

Dolor espalda
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El dolor de espalda y otros síntomas del glioma difuso

Este tipo de tumor, conocido como glioma difuso, tiene una tasa de supervivencia baja en las personas a las que se les detecta y hay variaciones del mismo. Se desarrolla por una multiplicación celular que se suele originar en la médula espinal o en el cerebro, ocasionando que las células tumorales ejerzan presión sobre los diversos tejidos en los que se infiltran al crecer, originando dolores en las zonas afectadas.

El dolor de espalda es el principal síntoma por el que podríamos llevar a cabo una detección precoz del glioma difuso, aunque como en un primer momento pueden confundirse con dolores del día a día a los que no se les suele dar más importancia, es recomendable prestar atención a otros síntomas que podrían estar dándonos un aviso:

  • Dolor de cabeza: Es otro de los grandes síntomas, y además cuentan con la característica de que son más intensos durante la mañana.
  • Convulsiones, náuseas y/o vómitos: Suele ser uno de los síntomas que se suceden en la etapa inicial.
  • Dificultades neurológicas: Como pueden ser la debilidad en las extremidades de uno de los lados del cuerpo, la dificultad para hablar, la pérdida de visión o audición o la falta de equilibrio.
  • Cambios bruscos de comportamiento, así como dificultad para concentrarse o pérdida de retención de información.

Presta atención a todos estos síntomas y si los sufres consulta con un especialista lo antes posible.

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