preparativos navideños

¿Por qué los preparativos navideños hacen que tu hijo sea más paciente? La psicología lo explica

Así es como estos festejos ayudan a los más pequeños

Adriana Diez

Durante las Navidades, la organización y planificación de comidas, decoraciones o actividades es algo muy habitual. Los adultos suelen encargarse de esta gestión para que todo salga a la perfección en estas fechas. Pero, ¿Qué ocurre si incluimos a nuestros hijos en estos preparativos? Según la psicología, esto podría tener importantes beneficios para el desarrollo de los más pequeños.

¿Por qué los preparativos navideños fomentan la paciencia en los niños?

En un artículo para El País, la profesora titular y coordinadora de la Unidad de Psicobiología de la Universidad Autónoma de Barcelona, Marta Portero explica que la Navidad incrementa la motivación de los niños: «Los rituales familiares y la repetición de tradiciones cada año actúan como señales que mantienen viva la ilusión».

Portero añade que los niños comienzan a tomar conciencia de la repetición y la previsibilidad propias de estas fechas: «Saber qué sucederá reduce el estrés y aumenta la sensación de control». Además, la participación en los preparativos fortalece habilidades como la planificación, la toma de decisiones y el autocontrol.

Por otro lado, la psiquiatra infantil y de la adolescencia Abigail Huertas señala que los preparativos navideños pueden ayudar a que los niños desarrollen mayor paciencia en la era de la inmediatez: «Hoy los niños viven rodeados de rapidez. Cuando algo tarda, aparece frustración o impaciencia».

Por ejemplo, mantener la calma cuando un plato aún no se ha servido porque los invitados de la cena no han llegado es un gesto que fomenta la tranquilidad y el saber esperar: «Es fundamental mantener la calma. Nuestros hijos leen nuestras emociones para regular las suyas. Si observan que podemos manejar la espera, ellos también pueden aprender a hacerlo», expone Huertas.

Asimismo, la experta considera que actividades como decorar el árbol, envolver regalos o esperar para comer la última chocolatina del calendario de adviento son otras de las experiencias navideñas que contribuyen al aprendizaje y al desarrollo emocional de los pequeños.

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