En un mercado laboral cada vez más competitivo y conectado, cada decisión profesional cuenta. Especialmente al cerrar una etapa. Una de las situaciones más delicadas es la entrevista de salida, esa conversación que muchas empresas proponen cuando un empleado decide marcharse. Aunque puede parecer una oportunidad para desahogarse o ajustar cuentas pendientes, varios expertos coinciden en que hablar mal de tu jefe en ese momento no es buena idea.
Andy Lester, desarrollador senior y autor del libro ‘Land The Tech Job You Love‘, advierte sobre los riesgos de caer en la tentación de criticar a antiguos superiores. En su blog PetDance, Lester explica que las entrevistas de salida pueden parecer un espacio seguro para expresar frustraciones, pero en realidad no ofrecen beneficios claros al empleado que se va. Por el contrario, pueden perjudicar seriamente su imagen profesional.

Durante años de experiencia en el sector tecnológico, Lester ha observado cómo comentarios negativos sobre jefes o empresas anteriores pueden volverse en contra del profesional. Y no solo dentro de esa organización, sino también en otras. Ya que muchos sectores, como el tecnológico, están estrechamente interconectados. «Quizás pienses que nunca más tendrás que lidiar con personas de las que hablas mal, pero el mundo exterior es demasiado pequeño«, advierte.
En lugar de usar la entrevista de salida como un espacio para la crítica, recomienda mantener una actitud profesional y agradecida. «Una vez que hayas presentado tu renuncia, tu objetivo hasta que dejes la empresa es ser bien recordado», señala. Y aunque resulte tentador decir todo lo que uno piensa, especialmente si ha vivido una mala experiencia, hacerlo solo servirá para quedar mal y ganarse enemigos innecesarios.
Lester sugiere que si un profesional realmente desea cambiar algo en su lugar de trabajo, lo ideal es hacerlo mientras aún forma parte de la empresa, y no al final. «Si tienes sugerencias sobre cómo deberían funcionar de manera diferente las cosas, el momento de decírselo a tu jefe es mientras trabajas allí«, concluye. Una crítica constructiva en el momento adecuado puede tener impacto; hacerlo al irse, probablemente no sirva de nada.
Por tanto, si te enfrentas a una entrevista de salida, lo más recomendable es mantener un discurso neutro y positivo. Agradecer la oportunidad, destacar lo aprendido y comunicar que has encontrado una nueva etapa profesional suele ser suficiente. Al final, preservar tu reputación y salir con elegancia es una inversión de futuro.
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