Sara Carbonero ha compartido con todos sus seguidores en su perfil de Instagram las especiales vacaciones que está viviendo en Japón. La periodista ha querido mostrar al mundo los rincones más bonitos de este país, además de los contrastes que albergan en él.
Con lo que se refería a la «belleza y la calma» de los jardines, frente a «la crudeza y el horror reflejado dentro del museo de Hiroshima», lo que según ella es «imprescindible» de visitar para conocer el pasado y comprender el presente del país.
Además, tras la visita del museo también dejaba palabras como estas: «no es un lugar bonito ni alegre, pero sí necesario para entender por qué la paz nunca debería darse por sentada».

Al compartir las imágenes sobre lo que estaba viendo en el interior del Museo de Hiroshima, la periodista no paraba de recibir mensajes de sus seguidores, comentándola que no fueron capaces de acabar con la visita del museo. A lo que Carbonero respondía: «yo también tuve que parar en la mitad y sentarme, y llorar».
Pero lo que sin duda le marcó durante todo este viaje fue la historia de Sadako Sasaki, una niña que, según comentaba la presentadora, «sobrevivió al bombardeo atómico de Hiroshima y que, al desarrollar leucemia años después, intentó curarse haciendo origamis de papel, inspirada por una leyenda japonesa que decía que si conseguía hacer mil en un mes, se curaría».
No obstante, esta historia no tuvo un final feliz: «no logró curarse, su historia la convirtió en un símbolo de paz y las grullas de origami en un emblema de los movimientos pacifistas. La ciudad está llena de ellos«.
Una relato que ha tocado el corazón a Sara Carbonero y que sin duda haría que a cualquiera se le saltaran las lágrimas.
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