¿Por qué lloro cuando un animal sufre en una película?

Redacción Cadena Dial

Nunca lloras en el cine. De nada sirve que acompañen esa escena del entierro del chico con la música más triste de la historia. Tú permaneces impasible, con la única preocupación de prolongar tu visita al cuarto de baño hasta que finalice la película. ¿Y si en lugar del protagonista muere el perro? Efectivamente, de tus ojos empiezan a brotar lágrimas en cascada.

Y no es que estés cortando un kilo de cebollas, estás sollozando de verdad, compungido y con sentimiento de culpa por ser incapaz de estar ahí, dentro del metraje, para rescatar al adorable can. ¿Eres mala persona por demostrar más empatía hacia la mascota que hacia el dueño? No te vamos a leer la cartilla. Todo lo contrario. No te flageles por esta aflicción. Te contamos por qué.


Los estudios demuestran que no eres el único

El hecho de que gimotees más con la desaparición de un animal en el cine que con la muerte de Chanquete parece peculiar, pero resulta más común de lo que parece. Se hizo una investigación donde sometieron a estudio a 256 estudiantes, a los que enseñaron cuatro noticias falsas en las que un ataque con un bate de béisbol provocó heridas graves a un bebé de un año, a un adulto de 30 años, a un cachorro y, por último, a un perro de seis años.

Sienten más lástima ellas que ellos

¿Qué ocurrió entonces? Sí, el suceso relacionado con el niño recibió más impactos emocionales. Le siguieron el cachorro y el perro de seis años y, por último, el treintañero, que generó mucha menos compasión. Esta reacción se registró en ambos sexos, aunque ese sentimiento de lástima se dio con más fuerza en las mujeres. Además, este experimento no hace más que corroborar los resultados de otros proyectos que se han desarrollado sobre este tema.

Las razones

Los científicos alegan varios motivos que explicarían este comportamiento universal, incentivado en los últimos años por el impulso de esas otras alternativas de estilo de vida que ganan adeptos. Hablamos del veganismo. Además, las redes sociales se han convertido en efectivos canales de difusión que multiplican el sentimiento de militancia o de adhesión a una causa.

Las redes sociales

Y en eso los animales son los reyes. Las mascotas se llevan todos los «me gusta». Cada día compartes la imagen de ese encantador cachorro que busca una familia, ¿no es cierto? Y te movilizas para conseguir firmas con el fin de que no cierre la protectora de tu ciudad. Y es que, otra de las razones por las que acabamos llorando más con el fallecimiento del animal que con su dueño en una cinta es por la indefensión que atribuimos tanto a bebés como a animales.

Proteger a los más débiles

Sentimos la necesidad de proteger, de ofrecer amparo y de cuidar a los seres que vemos más desvalidos y débiles. Así que, dando respuesta a la pregunta inicial, no solo no serías una mala persona por llorar como una magdalena por el fallecimiento de un animal en el cine, sino que estarías demostrando tu emotividad, ternura y delicadeza.

Por otro lado, estamos tan acostumbrados a las noticias trágicas relacionadas con nosotros, los humanos, que comemos mientras las escuchamos sin apenas inmutarnos. Sin embargo, cuando un elefante o un león mueren a manos de un cazador, un hecho que no se prodiga por los informativos, se despierta nuestro interés. La cotidianidad acaba restando importancia a los hechos.

Como ves, el origen de esa reacción que tienes cuando muere un animal en el cine tiene más miga de la que piensas. Quizá, algunos creen que es una respuesta desmedida, pero mejor sentir que permanecer impasible, ¿no te parece?

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