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No cargues el móvil por la noche, no es una buena idea

Redacción Cadena Dial

¿Recuerdas esa época en la que te tirabas una semana entera sin cargar el móvil? Aquellos teléfonos tenían las pilas a rebosar, igual que cada uno de nosotros el primer día de vacaciones. ¡Qué tiempos! Aquellos en los que olvidábamos el móvil en un cajón… ¡y no pasaba nada! Entonces, no estábamos pegados todo el día a nuestro nuevo mejor amigo.

Lo estás haciendo mal

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Lo empleábamos para dar un toque, ¡y a volar! Así no necesitábamos llenar su depósito cada dos por tres. Hoy la cosa ha cambiado. Enchufar el cargador para alimentar a nuestro adorado aparato se ha convertido en un gesto rutinario. Tanto como lavarte la cara a primera hora de la mañana. Ah, y lo hacemos por la noche. Así, cuando despertamos, nuestro objeto preferido está recién salido del horno, como si le hubieran practicado una cirugía, ¡listo para nuestro uso!


¿Pero estamos actuando con cabeza? Es decir, ¿este comportamiento favorece a nuestro dispositivo o le estamos quitando vida poco a poco? Quizá no te importe demasiado porque eres de esos usuarios que cambian de modelo con casi la misma asiduidad que de ropa interior.

Costumbre malsana

Pero si te sitúas en el lado de los que reciben una lanza en el corazón cada vez que rompen la hucha, debes saber que la respuesta es negativa. No, esta conducta no ayuda al buen mantenimiento de tu móvil. En realidad, le estás colocando la soga en el cuello.

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¿Por qué debes evitar esta práctica?

Esta tarea que ya forma parte de tu lista de prioridades diarias perjudica a la autonomía de tu terminal. Así lo atestiguan varios estudios, que han demostrado el daño que le haces a tu compañero de fatigas con una simple explicación.

Como bien sabes, en apenas una hora (o incluso menos) puedes gozar de un depósito repleto. Entonces, ¿qué ocurre con el resto de horas que tu teléfono permanece enchufado a la electricidad? Pues que mientras tú estás soñando con que se te caen los dientes o con que te precipitas al vacío, la batería se sobrecalienta, provocando su deterioro.

El calor, un inconveniente

Es cierto que los móviles actuales están programados de tal forma que cuando se alcanza el cien por cien de carga, esta se detiene. Eso sí, no evitan que la batería genere calor si el dispositivo permanece enchufado a la electricidad. Repitiendo este gesto cada día durante un año, el móvil alcanzará unos 40 grados en la recarga. ¿Recuerdas lo que te quejas con cada ola de calor? Pues las altas temperaturas también hacen mella en tu inseparable compañero.

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Y podría ser peor…

Y es que, los grados repercutirán en el aparato engañando a tu vista. Mientras en la pantalla lees que la pila de tu pequeño tesoro está a rebosar, en realidad solo habrá llegado al 65 %. Y eso si no se acerca a los temidos 60 grados. Los expertos aseguran que con esta cifra, el teléfono perdería hasta un 40 % de su capacidad en solo tres meses. Vamos, que barato no te iba a salir el capricho.

Como ves, el caso es más serio de lo que pensabas. ¿Un consejo? Si tu batería llega al final del día con el depósito entre el 40 y el 80 %, apaga el teléfono mientras descansas. Podrás contestar mensajes y hacerte autofotos al día siguiente sin inconvenientes. Y le estarás haciendo un favor a ese objeto que ya se ha convertido en un miembro más de tu familia.

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