Para todos aquellos que viven preocupados de llevar a raja tabla unaalimentación sana, este consejo puede ser muy útil. Son muchas las frutas o verduras que estamos acostumbrados a consumir con piel, pero hay otras que seguro jamás te habías planteado hacerlo.
Naranja, plátano, kiwi, pepino, patata… Son algunos de los alimentos cuyas pieles probablemente no habías pensado en consumir nunca por su amargor, textura o dificultad para masticar… ¡Pero te equivocas!
De hecho, debes hacerlo. Aportan sabores ricos y texturas diferentes a tus platos y además, incorporan a tu cuerpo muchos micronutrientes beneficiosos para la salud. Es por ello que dentro del movimiento que existe a día de hoy de comer sano, uno de los que está más presente es el de los alimentos ecológicos.
El miedo del uso de pesticidas para cuidar la fruta y verdura por el que tendemos (y bien hecho) a lavarlas y pelarlas, acabaría con el consumo de estos alimentos. De esta forma, podrías empezar a incorporar la piel a varias recetas que te sorprenderán. Estos son algunos de los trucos que puedes emplear:
1. La piel de la naranja favorece la digestión y tiene grandes propiedades antiinflamatorias. En el té o en tus postres, es un buen recurso para sacarle partido. Puedes incorporar la ralladura de la piel de la naranja a batidos, bizcochos o ensaladas.
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Otra forma de tomarla es en tiras confitadas a las que añadiéndole un baño de chocolate negro, conseguirás una mezcla de sabores que te conquistarán.
2. Como más nos gustan las patatas es fritas, eso está claro. Pero haciéndolas así, desperdicias una gran cantidad de piel que suele acabar en la basura… ¡No lo hagas! Puedes aprovecharla para otro concepto de patata frita. Mucho más sano, eso sí. Lava la piel, sazónalas, mételas al horno… ¡Y a disfrutar!
3. El kiwi y el plátano son frutas de las que seguro jamás habías pensado en comer su piel. Pero lo cierto es que en ella se encuentran, en gran parte, los beneficios de esta fruta.
La cubierta del kiwi es un potente antibacteriano y te ayudará a librarte de bacterias como los estafilococos. Una forma de poder incorporarla en tu dieta es metiendo la pieza íntegra en una licuadora para acompañarla de otras frutas en un delicioso zumo.
El caso del plátano es más complicado, pero su piel contiene más fibra y potasio que su carne. Además posee luteína, un poderoso antioxidante que ayuda a la buena visión. Hay casos en los que ingerir no es la única manera, muchas veces puedes incorporar sus propiedades de otra forma.
En el caso del plátano, su cáscara puede aromatizar tu té. Si añades la piel en el proceso de calentamiento del agua para la infusión, absorberá las propiedades y luego podrás retirarla. El sabor te encantará… ¡No te lo pierdas!
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