Si ejercitas tu lengua, podrás olvidarte de los ronquidos

Rodrigo Díaz

Los datos son preocupantes. Casi la mitad de los adultos roncan a menudo cuando duermen. El descanso se está volviendo un bien privilegiado y parece que ningún remedio consigue evitar que la persona de al lado te deje tranquilo por las noches.

La mayoría de ellos rechazan cambiar sus hábitos y se niegan a utilizar protectores buscales o tiras para la nariz. Sin embargo, con estos cinco sencillos trucos, se acabaron las excusas.


 

Haz ejercicios con la lengua

 

Tranquilo, no es lo que estás pensando. Nosotros no nos metemos en ese terreno, pero sí te aconsejamos unos ejercicios que fortalezcan tu lengua.

Prueba a sacarla y llevarla lo más lejos posible o elévala y haz presión con tu dedo. De esta manera, evitarás que se vaya hacia atrás durante el sueño, provocando ese molesto sonido del ronquido.

 

Combate los ronquidos con un poco de música

 

También puedes ejercitarte con música. Diciendo en voz alta algunas onomatopeyas o tocando un instrumento de cuerda, conseguirás fortalecer tu garganta, que es otra de las causantes de que hagas ruido por las noches.

 

Despiértale, te lo va a agradecer

 

Hay una reacción muy habitual cuando te quedas en vela por culpa de un compañero de habitación: despertarle. Y aunque finalmente no lo haces porque te sientes mal, es recomendable que lo hagas.

Tocarle o hacer chasquidos pondrá en alerta su cerebro. Así, su cuerpo reacciona aumentando el impulso respiratorio y activando los músculos de la falange. Un remedio temporal si la otra persona ha caído en un sueño profundo. 

 

Cambia las sábanas y no por higiene

 

Renovamos las fundas de las almohadas y de las sábanas por una cuestión de higiene, aunque no sabíamos que eso tiene consecuencias en nuestros ronquidos.

Las personas con alergia o con frecuencia a tener congestión nasal lo pasarán mal con esas fundas que llevan varios días, por la cantidad de partículas que se acumulan. Por eso, nada como unas sábanas limpias. Tus fosas nasales te lo agradecerán.

 

En boca cerrada no entran moscas… ni ruidos

 

Acudimos al famoso dicho para hablarte de la última alternativa. Trata de mantener la boca cerrada antes de dormirte para que sea la nariz quien se encargue de la respiración.

Si tienes costumbre de dormir con la boca abierta, no te será nada fácil al principio. Para casos extremos ya han inventado correas muy cómodas que te sujetarán la barbilla y harán el trabajo por ti. ¡Prueba!

Pon en práctica estos cinco sencillos trucos y cuéntanos los resultados. También deberás cuidar mucho más tu alimentación, abandonando las cenas más pesadas y evitando ciertos alimentos como los lácteos.

Y aunque te resulte complicado por la costumbre, tus ronquidos desaparecerán con un sencillo truco: cambia tus hábitos y empieza a dormir de lado. ¿Serás capaz?

MÁS SOBRE: