En el día de hoy nos apetecía imaginarnos cómo sería comernos nuestra comida favorita sin parar, sabiendo que no nos va a engordar ni nos va a sentar mal.
El atrevido Rafael casi se emociona recordando su día a día comiendo constantemente huevos fritos, pimientos fritos, con bastante pan y aceite. De hecho, una vez se le ocurrió desayunarlo y sintió tanto malestar que tuvo que ir al hospital. «Los médicos se lo empezaron a contar unos a otros y se rieron», confesaba.
Continuando con más alimentos salados, obligatorio incluir la tortilla de patata que resalta Pilar o la paella de cualquier variedad de Gema, quien reconoce ponerse «hasta arriba» cada vez que viaja a la Comunidad Valenciana.
Mucho cuidado si eres de dulce, porque las comidas que nos recuerdan Lines y Natalia van a provocarte un hambre terrible. La segunda cuenta cómo se pelea con su hija por las tabletas de chocolate; igual que el primero se disputa con su mujer los famosos Miguelitos de la Roda.