La nueva normalidad nos ha traído mascarillas obligatorias, geles y una distancia de seguridad que debemos respetar en todo momento. Los niños ya no compartirán su bocata ni se sentarán pegados unos con otros a tomarse el desayuno, aunque eso no impide que sigamos aprendiendo rutinas.
Y la mejor manera de introducirlas en nuestro día a día, señala nuestra especialista, es a través de la repetición de los mismos gestos y actividades «en el mismo lugar, a la misma hora y de la misma manera».
Empecemos trabajándolo buscando un hueco fijo donde depositar las mascarillas y geles. Como es lógico, en los primeros días se producirán descuidos y olvidos, aunque si respetamos ese hábito de hacerlo en el mismo momento y sin cambiar de lugar, acabará convirtiéndose en algo instantáneo.