El más mayor rompe el hielo desvelándonos que se despierta antes que el resto para «pillar» un poco de ese ansiado bote de nocilla sin que le pillen.
Y sus hijos también han aprovechado la oportunidad. Uno de ellos reconoce aprenderse palabrotas con algunos vídeos en Internet, mientras que el otro se queda a gusto con flatulencias mientras está el profesor explicando.
Si quieres escuchar más historias de nuestros atrevidos y atrevidas, quizá te interesen otras publicaciones de las que hemos hablado en www.cadenadial.com:
YO CONFIESO | El postureo extremo de una atrevida… ¡Publica los viajes de su hermana!
YO CONFIESO | Una atrevida reconoce escupir en el café de su jefa por venganza
YO CONFIESO | El egoísmo de una atrevida para que también castiguen a su amiga