Hace año y medio teníamos el peor escenario ante nosotros. La Covid-19, tan contagiosa, no solo estaba saturando los hospitales sino que además se estaba llevando miles de vidas. Cuando parecía que comenzábamos a ganar la batalla al virus con la llegada de la vacuna este nos echaba un nuevo pulso al hacer acto de presencia la variante delta, mucho más contagiosa y peligrosa.
Sin embargo, cabe destacar que la vacunación ha jugado un gran papel en esta lucha contra el SARS-Cov-2, y el virus ya no tiene la misma fuerza en nuestro organismo, sea cual sea su variante. Para demostrarlo, la OMS ha elaborado un gráfico en el que se puede ver cómo han evolucionado los síntomas del coronavirus con el paso del tiempo.
El diario Nius se ha hecho eco de este documento en el que se demuestra cómo han cambiado los síntomas del virus. Mientras con la variante original los contagiados solían presentar síntomas como fiebre, tos seca persistente, cansancio, falta de aire y pérdida de olfato y gusto, con la variante delta y más de un año después del comienzo de la pandemia, aquellos que no están vacunados pueden experimentar fiebre y tos, pero la falta de aire y el cansancio para a ser sustituido por dolor de cabeza y garganta, así como secreciones nasales.
Aquellos que han recibido una dosis de la vacuna es menos probable que experimenten fiebre, aunque si se contagian por la variante delta puede que persistan síntomas como el dolor de cabeza y de garganta, los estornudos y la tos seca, además de secreciones nasales.
Para los que tienen la pauta completa la situación es la más favorable si se contagiaran, pues podrían perder el gusto y el olfato, así como experimentar dolor de cabeza y de garganta, pero es muy probable que no tengan tos, fiebre u otros síntomas más graves como la falta de aire.
MÁS SOBRE: