El Padre Montalvo pone a prueba a un atrevido a las puertas de su boda

Guss González

El Padre Montalvo ha dejado por unos instantes su parroquia y se ha pasado por los estudios de Atrévete en Cadena Dial para adoctrinar a nuestros atrevidos Yaisa y Alberto que pronto se van a casar… ¿Has ido a misa?


«Le llamo del obispado de Valencia, de aquí de la sacristía. Habla usted con un sacerdote», comienza la llamada el supuesto parroquiano dejando las cosas claras desde el principio. «Buenos días…», responden Alberto, el futuro marido.

«Tengo aquí pendiente que tenían que mandar un expediente que falta…», pregunta el padre Montalvo. «La semana pasada lo llevó mi suegra a la notaria matrimonial», responde su interlocutor justificando el asunto.

La llamada prosigue con una pregunta rotunda: «… ¿han hecho los cursos prematrimoniales?», que obtiene una respuesta afirmativa. «Maravilloso este momento de venir a la casa de dios con este entusiasmo que se te nota. ¿Tenéis pensamiento de tener hijos?», sigue interrogando el sacerdote bromista. «Si, yo soy de cuatro o lo que venga», responde Alberto muy sociable.

 

El Padre Montalvo reza en directo

 

La conversación continúa por derroteros sexuales, con la excusa de la natalidad. «No estas utilizando ningún tipo de anticonceptivo, ¿verdad?», consulta Montalvo rozando lo estrictamente personal. «No, no», confirma el futuro marido dando a entender que cumple con los dogmas.

«¿Cómo es Yaisa? ¿Qué tipo de mujer es…?», pregunta nuestro cura bromista. Alberto, que continúa en actitud complaciente, responde abiertamente: «… es la perfecta complementación conmigo».

La conversación retoma en un punto en el que el cura solicita al atrevido que recen juntos, pero parece que Alberto no recuerda bien las oraciones.

«Vamos a rezar para limpiar los pecados: padre nuestro…», comienza el cura, pero el novio no puede seguirle. «Me has metido un chapurreo…», le corta Montalvo. El novio prosigue pero se atasca porque no le alcanza la memoria… «Me has metido un Ozores y ya van dos», sentencia Isidro.

Finalmente, el Padre Montalvo se descubre y comunica al novio y a la novia. Alberto, divertido ante la broma, responde a su futura mujer: «… ¡qué cabrones!». Felicidades por la boda, ¡chicos!