De forma casual, este animal se hizo famoso gracias a su dueño, un hombre dedicado a la industria automovilística. En una exhibición, decidió colocar al gato posado en sus coches, llamando de inmediato la atención de los asistentes.
Mao Mao, que es como se llama el felino, acaparó la atención de todos, convirtiéndose desde entonces en la principal atracción en cada feria de coches que visita.
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