Alejandro Sanz es agradecido. Lleva más de 3o años regalando a nuestros oídos melodías llenas de cadencia y letras con mucho significado.
Tras el lanzamiento de su disco más personal SANZ, los conciertos que estaban planeados para 2020 finalmente tendrán lugar a mediados de este año. A pesar de todos los años de trayectoria musical, no hay nada más especial que el momento de subirse a un escenario a invocar la magia de entonar las canciones en directo.
«Un escenario, esa sensación electrizante que te hace escuchar los latidos en estéreo. Silencio, el concierto empieza y el tiempo se paraliza. Estamos solos, la música y nosotrxs. Sabiendo que cuando termine, queremos reiniciar. Juntos hemos creado el mejor momento, y es nuestro.», escribía en su perfil acompañado de un vídeo recopilatorio de los mejores momentos de sus giras.
Finalmente, lanza una pregunta: «¿Entonces qué? ¿No vamos de gira?». Hubo contestación masiva en forma de comentarios, de los cuales todos transmitían las ganas de volver a ver al cantante de Corazón Partío sobre el escenario.
El camino del que habla Sanz en Ibaestá marcado por el amor y los sentimientos. Hace apenas unos días presentaba su videoclip, siendo el tercero de su último álbum. Al escuchar este tema, podemos escuchar y sentir la esencia única que representa al artista, con cierta influencia de los sonidos de sus inicios.
Como él mismo revelaba, «la canción es un producto artesano, el resultado de la transformación y manipulación de materiales esenciales, comunes a cualquier partitura. Letra y melodía son las partículas elementales de cualquier canción. Interaccionan entre sí irradiando a quien escucha en un proceso intangible que entronca con lo mágico.»
En el videoclip, podemos ver el lado más intimista y personal del cantante, el cual ha tenido una acogida extraordinaria.
