Seguramente no sea la primera vez que escuchas hablar del síndrome del hermano mediano. Y es que en una familia con tres hijos, todos tienen sus roles muy definidos excepto el hijo del medio. Por lo general el pequeño suele ser el ‘mimad0’ y el que se lleva casi toda la atención de los progenitores, mientras que el mayor adopta un papel de responsabilidad con el resto de sus hermanos y no deja de ser el primogénito, el hijo con el que los padres lo aprenden casi todo.
¿Dónde queda aquí el hijo mediano? Bien, pues en base a estas y otras tantas otras razones se ha creado el mito del hijo ignorado, que no es otro que el hijo del medio, el que nació entre el hermano mayor y el menor. Para reclamar esa atención que muchos hijos medianos aseguran no haber recibido, en 1986 Elizabeth Walker creó el Día del hijo del medio, que actualmente se celebra cada 12 de agosto.
Esta aseguraba que se le hacía más caso a los hijos mayores y a los menores, dejando fuera de juego a los medianos, convertidos en ‘hijos ignorados’. Pero, ¿qué hay de cierto en ello?
Los estudios demuestran que el orden en el que nacen los hijos influye en la personalidad que estos adquieren a lo largo de su vida, pues su posición en la familia les hará tener que adaptarse a las situaciones de una manera u otra, y en este punto los hermanos medianos tienen la parte más complicada.
Mientras el mayor solo cambia de papel una vez, de ser hijo único a ser el hermano mayor, y el pequeño no ve modificada su situación nunca, el mediano se tiene que adaptar dos veces a los cambios: en un primer momento al descubrir que no es hijo único y después modificando su papel para ser el mediano.
Cómo evitar el síndrome del hijo mediano: atención para todos por igual
Se suele decir de los hijos medianos que son más rebeldes, y aunque esto no es del todo cierto, podría explicarse por el hecho de que, cuando llegan al mundo y se dan cuenta de que no están solos (hay un hermano mayor), estos deben buscar su lugar y sus propias características que lo diferencien del mayor. Una situación que se vuelve aún más complicada cuando llega un nuevo hermano. Esa ‘rebeldía’ se explicaría por lo que es una manera de reclamar atención y, sobre todo, su lugar en la familia.
También se suele decir de ellos que terminan convirtiéndose en seres más independientes, lo que se explicaría por esa falta de atención que sí han tenido sus otros dos hermanos. Precisamente por ello también suelen ser personas con gran capacidad para negociar, ya que a lo largo de su vida han tenido que aprender tanto a compartir como a competir.
Padres de tres hijos, no os culpéis por nada ni os juzguéis. Esta situación, que se da de forma natural, no es culpa de nadie. Pero lo cierto es que sí podemos tratar de evitarla. Para ello hay algunos consejos:
Evita las comparaciones. No recrimines a alguno de tus hijos un comportamiento mediante la comparación con alguno de sus hermanos. Eso no hará más que crear frustración en este y aumentar la competitividad y el recelo con sus hermanos.
Dedica parte de tu tiempo a charlar con el hijo mediano. La comunicación es fundamental y si le das esa confianza él mismo te hará saber si se siente relegado o fuera de lugar respecto a sus hermanos.
Preocúpate por sus inquietudes, sus aficiones y recuérdale sus virtudes. A veces el mediano necesita saber que es una pieza única y necesaria para completar el puzzle del hogar.
Por supuesto, dale cariño y nunca premies a un hijo más que al resto.
