El gran error que todos cometemos a la hora de usar el lavavajillas

Tiene que ver con el prelavado de la vajilla antes de introducirla

Ana Más

El lavavajillas es uno de los electrodomésticos que más utilizamos y que más nos facilita la vida en lo que se refiere a las tareas del hogar, sobre todo en en el caso de las familias numerosas.

Sin embargo para un funcionamiento óptimo del mismo es necesario realizar unos cuidados mínimos. Algo esencial para que no proliferen las bacterias y se produzcan malos olores, es mantenerlo limpio. Además desde la OCU insisten en la importancia de ponerlo siempre cuando esté lleno para ahorrar agua y energía.

Pero sin duda un error que cometemos la mayoría es aclarar nuestra vajilla antes de meterla al lavaplatos, Hoy te contamos por qué es un gesto que debemos evitar.


¿Por qué puede hacer tu lavavajillas menos eficaz este hábito?

Y es que aclarar la vajilla antes de meterla a lavar además de ocasionar un gasto innecesario de agua, puede dañarla ya que según explican desde niusdiario.es «Este hábito hace que el detergente que se emplea, ya sea sólido en forma de pastilla o líquido, actúe directamente sobre el vidrio pudiendo causar fisuras o grietas.»

Algo que podría ocasionar grietas y reducir la vida útil de nuestra vajilla, el único caso en el que si debemos hacerlo es cuando hayamos tomado algún alimento sólido en ella. En estos casos lo más aconsejable es retirar los restos con un papel o servilleta.

Algo que David Molina coordinador técnico de ANFEL (Asociación Nacional de Fabricantes e Importadores de Electrodomésticos), califica de lo más ecológico en declaraciones a La Vanguardia, insistiendo en que cuanto menos restos entren al lavavajillas mejor, ya que evitaremos atascos,  “lo más ecológico es retirar los restos sólidos de comida con una servilleta”.

Al igual que Enrique García, portavoz de OCU que en el mismo medio explica que «el prelavado supone un gasto de agua añadido…por eso, lo más recomendable es retirar los restos de comida sólidos de los platos con una espátula, esponja o simplemente con una servilleta de papel».

Además desde la OCU explican que «los detergentes para lavavajillas funcionan con unas enzimas que atacan cuando detectan la suciedad». Algo que matiza García, “Si los platos ya están casi limpios, el detergente no hace bien su trabajo”