Recientemente se cumplían dos semanas desde que el presidente de Rusia, Vladimir Putin, anunciara un ataque masivo a la ex república soviética. El panorama de guerra en Ucrania es desolador, riadas de refugiados huyendo a zonas seguras, 35.000 civiles evacuados que dejaban sus hogares bombardeados, una estampa sin duda terrible y desoladora.
Y aunque esta estas son las consecuencias más terribles, no son las únicas. Los primeros efectos de la guerra ya se dejan sentir en el resto del mundo.
Ucrania no es el único país que sufre las consecuencias de la guerra en diferentes ámbitos. Europa también se empieza a resentir de estos efectos, comenzando por el agravamiento de la crisis energética. Algo que sin embargo no es nuevo.
Y es que tal y como explica el diario ABC, «España, Europa y prácticamente todo el globo lleva pendiente de la evolución de los precios del petróleo, del gas y de los derechos de emisión de dióxido de carbono desde hace ya más de un año. Su rápido encarecimiento puso en jaque la recuperación de la economía mundial tras la pandemia. Ahora, con el conflicto en Ucrania, la cosa no ha hecho nada más que empeorar.«
Pero además del gas y el petróleo, los precios de productos básicos como el pan, la carne o la cerveza se han visto afectado. En España concretamente Ucrania es el primer proveedor extranjero de maíz y de girasol y el cuarto en trigo. Según un informe de Analistas Financieros Internacionales «el conflicto derivará en próximos aumentos de los costes de la energía y de las materias primas industriales. Esta situación presionará al alza una inflación que ya se encontraba por las nubes y que disminuirá aún más la capacidad adquisitiva de los hogares.»
A todo esto hay que sumarle una fuerte crisis humanitaria y es que el mismo diario recoge que «según datos de Acnur, más de 2,3 millones de personas han huido de Ucrania y otro millón permanecen desplazados dentro del país debido al rápido deterioro de la situación y a las acciones militares llevadas a cabo por las tropas del Kremlin en el país.«
Más de la mitad de las personas que huyen lo hacen a Polonia, Moldavia, Hungría, Rumanía, Rusia o Eslovaquia y más de 250.000 personas han huido a países europeos.
Por no hablar del miedo a que Rusia emplee sus armas nucleares, y es que es el país que concentra el mayor número de cabezas nucleares: 6255 ojivas en total.
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