Test de antígenos para detectar la infección por coronavirus.

Un experto explica cómo conseguir una probabilidad de contagio casi nula

La clave está en el tipo de mascarilla que utilizamos

Noelia Bertol

A lo largo de los dos últimos años hemos ido adoptando ciertas medidas sanitarias para protegernos del contagio por Covid. Uso de mascarilla y geles hidroalcohólicos, distancia social, aforo en los establecimientos…

Estas precauciones nos han ayudado en gran parte a frenar el aumento masivo de casos por coronavirus. No obstante, la llegada de Ómicron ha supuesto un cambio de paradigma. Esta variante resulta más contagiosa, lo que nos ha obligado a extremar precauciones y a valorar cuáles son las medidas más efectivas.

Una mujer estornuda en el ascensor.


Mascarillas FFP2 para garantizar una escasa probabilidad de contagio

 

En este punto son muchos los expertos que señalan la importancia del uso de mascarilla. Pero no de cualquier mascarilla. Se ha demostrado que las FFP2 son las más eficaces y las que tienen más capacidad de frenar la cadena de transmisión.

Así lo ha compartido el experto José María Lagarón, investigador del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC). Formado en el terreno de los materiales de filtración y las mascarillas, este asegura que llevando FFP2 bien ajustadas «la probabilidad de contagio sería cercana a cero».

No es el primero que llega a esta conclusión. De hecho, un estudio del Instituto Max Planck ya comprobó el mínimo riesgo de contagio que existe utilizando este tipo de mascarillas. «Cuando ambos usan una mascarilla quirúrgica, mientras habla el infeccioso, el límite superior muy conservador permanece por debajo del 30% después de 1 h, pero, cuando ambos usan una mascarilla FFP2 bien ajustada, es del 0,4%», revela la investigación.

mascarilla covid

Uso correcto de mascarilla, muy importante

 

En el objetivo de evitar ser contagiados tan importante es elegir una buena mascarilla como hacer un buen uso de la misma. De nada vale llevar una FFP2 si no la tenemos bien ajustada al rostro o llevamos la nariz por fuera.

Garantizar el mínimo riesgo de contagio pasa primero por elegir el tamaño adecuado según nuestro rostro y ajustarla a la forma de nuestra nariz moldeando la pinza metálica. No deben quedar espacios abiertos por los que pueda salir el aire. Un truco es colocarse unas gafas. Si estas se empañan, no llevamos la mascarilla bien ajustada.