Denuncian a un donante de semen en Países Bajos al que se le atribuyen 550 hijos

El hombre ofrecía su semen a través de las redes sociales

Teresa Moreno

La institución Donorkind, encargada de defender los derechos de las personas engendradas y nacidas a través de una donación de semen, junto con una de las madres inseminadas han denunciado a un donante de esperma de Países Bajos llamado Jonathan. Al denunciante se le relaciona con la paternidad de hasta 550 hijos engendrados en diferentes clínicas.  

Según la normativa neerlandesa, un hombre puede donar su semen hasta un máximo de 25 niños para así evitar posibles problemas de incestos o consanguinidad. Pero en este caso se ha superado significativamente el máximo legal permitido y en palabras de la fundación, el hombre ha mentido sobre el número de hijos que ha tenido cada que realizaba la donación. 

La parte denunciante asegura que el hombre se ha acercado en repetidas ocasiones a nuevas parejas para ofrecer su esperma. Por lo que se le exige la prohibición de su donación bajo sanción, ordenando que el esperma que esté almacenado en las diferentes clínicas sea desechado de inmediato. Eso sí, solo se le permitía seguir donando en aquellas situaciones en las que las madres ya cuentan con un hijo o hija de él para que los hermanos estén genéticamente relacionados.   


Para más inri, los demandantes detallan que el donante sigue recurriendo a las redes sociales para ofrecer su esperma sin contar la verdad sobre todos los hijos que ya ha engendrado. Al parecer, la asociación de ginecólogos de los Países Bajos ya había alertado sobre las prácticas de este hombre, al detectar que ya en 2017 consiguió participar en un centenar de donaciones. Rápidamente, las instituciones reaccionaron incluyéndole en la lista negra de las clínicas neerlandesas, pero él consiguió seguir donando en otros países.  

Más casos de semen en Países Bajos 

Aunque este no es el caso, ya que esta misma fundación ya localizó años atrás a una decena de médicos especializados en tratamientos de fertilidad, que ya repitieron esta práctica usando su propio esperma sin pedir permiso a ninguno de los padres donantes.  

Entre los casos destaca el nombre de Jan Karbaat, un doctor al que se le otorgaron hasta 91 hijos a través de las pruebas de ADN, aunque la fundación no descartaba que la cifra fuese mayor. Las alarmas saltaron cuando varias madres encontraron un parecido razonable de sus hijos con el médico y, sin dudarlo, denunciaron esta práctica en el Ministerio de Sanidad neerlandés. Casualmente, Karbaat murió en 2017 justo unos días antes de la cita judicial que tenía por el presunto abuso sexual y de poder como especialista en fertilidad. 

Todo esta situación ha abierto un debate sobre los límites legales permitidos en Países Bajos, abriendo la puerta a reducir el número de donaciones de 25 a 12 por parte de un único miembro en un proyecto de ley. Pero el problema subyace en que las clínicas no pueden compartir los datos entre ellas, lo que acabaría afectando a su posible control y regulación, como ha sido el caso de Jonathan.

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