envejecer, Síntomas poco conocidos del embarazo.

La hinchazón de nariz y otros síntomas que (quizá) desconoces del embarazo

Las náuseas y la fatiga no son los únicos efectos durante la gestación

Sandra Escobar

Cuando piensas en un embarazo, en tu mente se dibuja una tripita hinchada y biberones. Pero, como bien sabrán las madres, el periodo de gestación conlleva muchos otros cambios en el cuerpo, como la piel que se estira, los tobillos que aumentan de grosor, dolor de espalda, pechos hinchados o los ronquidos, además de las náuseas o las fatigas.

Pero existe otra consecuencia del embarazo que no tan conocida y que no lo experimentan todas las madres potenciales: rinitis. Se trata de un síntoma que suele aparecer en el primer trimestre de la gestación y que afecta a entre el 20-30% de las mujeres que están esperando un hijo.

Es una sensación en la que la madre tiene la impresión de tener la nariz más ancha, como hinchada. Algo que, de hecho, es cierto, pero solo porque empiezan a desarrollar los efectos típicos de un constipado o resfriado: estornudos, tos, congestión y picazón nasal.


«Surge cuando las fosas nasales se irritan y se inflaman. Como consecuencia de ello, se generan congestión nasal, estornudos y mucosidad. Puede llegar a durar al menos seis semanas y surgir espontáneamente en cualquier etapa del embarazo», acara el Dr. Arturo Soldati, ginecólogo de Clínica Universidad de los Andes, en Chile. Además, explica que la rinitis de embarazo surge porque «la placenta produce grandes cantidades de estrógeno y se ha comprobado que esta hormona exacerba la producción de moco, el que puede volverse muy espeso o delgado».

Asimismo, el experto señala que aunque no es un problema que ponga en riesgo a la embarazada, sí puede suponer un obstáculo a la hora de dormir o, incluso, puede derivar en sinusitis o infecciones en el oído.

Otros síntomas del embarazo que desconoces

Además de la hinchazón de nariz, un efecto que no todo el mundo asocia a los meses de gestación, hay otra serie de síntomas que no mucha gente conoce y que a veces muchas embarazadas experimentan por primera vez:

  • Acné: normalmente, la piel se vuelve algo más seca durante el embarazo, pero también se han dado casos en los que las madres han empezado a notar brotes de acné como en la pubertad. Puede aparecer en cualquier parte del cuerpo, no solo en el rostro.
  • Leve manchado: desde Mayo Clinic advierten de este posible síntoma que puede aparecer al principio del embarazo. Se le conoce como sangrado de implantación cuando el óvulo fecundado se adhiere al revestimiento del útero y suele aparecer unos 10 a 14 días después de la concepción.
  • Picor en manos y pies: su nombre técnico es colestasis del embarazo y puede darse durante los últimos meses, especialmente por las noches, algo que resulta de lo más molesto para las madres.
  • Calambres al dormir: esta puede ser una de las causas del mal sueño que sufren algunas embarazadas. Surgen como consecuencia del síndrome de piernas inquietas (SPI) que puede aparecer en hasta un 30% de las embarazadas. Una probabilidad que aumenta en personas que padecen anemia durante la gestación.
  • Quistes en las encías: es el nombre coloquial de épulis; un síntoma que, según explicó Verónica de la Chica, ginecóloga en el Hospital Viamed Santa Ángela de la Cruz de Sevilla a Verne, consiste en la aparición de tumoraciones benignas en las encías debido a los cambios hormonales del primer trimestre. Desaparecen después de dar a luz.
  • Sangrado por la nariz: esto se deba a un aumento de la presión sanguínea en las venas de la nariz que puede provocar que la nariz sangre más de lo normal. De surgir, suele hacerlo en torno a la semana 18 de embarazo.
  • Manchas en la dermis: otro de los daños derivados de los cambios hormonales que se conoce como cloasma facial o paño del embarazo y se soluciona aplicando correctamente un protector solar
  • Aumento de la miopía: es otro de los síntomas que no aparecen en todas las mujeres en periodo de gestación. Según las estimaciones de Sanitas, el 10% de las miopes embarazadas experimenta un aumento de entre media y una dioptría en el transcurso. Un síntoma que vinculan a la retención de líquidos, que también afecta a la córnea y al cristalino.