Según un estudio realizado en un hospital de Nueva York (Mount Sinai) y llevado a cabo por investigadores en la revista Immunity saltarse el desayuno puede resultar perjudicial para el sistema inmune. Los problemas derivados de ello podrían ser reducir la posibilidad de combatir las infecciones y aumentar el riesgo de padecer una enfermedad cardiovascular.
El director del Instituto de Investigación Cardiovascular de este centro sanitario y principal autor de esta investigación, Filip Swirski, ha indicado que el ayuno puede resultar peligroso para la salud. “Este es un estudio mecanicista que profundiza en parte de la biología fundamental relevante para el ayuno. El estudio muestra que existe una conversación entre los sistemas nervioso e inmunológico«, ha manifestado.
Para ello, se recogieron diferentes muestras de sangre y tras analizarlas, los investigadores han detectado notables diferencias entre ambos grupos. En una primera estancia se ha detectado una caída de monocitos, un tipo de glóbulo blanco cuya función principal es combatir las infecciones, lo que podría abrir la puerta al desarrollo de enfermedades cardíacas y al cáncer.
En la parte inicial del estudio se ha encontrado que todos los ratones tenían la misma cantidad de monocitos, pero tras cuatro horas, estos se vieron drásticamente reducidos, llegando incluso a desaparecer del torrente sanguíneo hasta en un 90%. Esta tendencia ha continuado descendiendo incluso ocho horas después. En cambio, en los ratones que sí desayunaron los valores se han mantenido estables.
Los propios investigadores han alargado el ayuno hasta 24 horas para luego reintroducir la comida y han concluido que esas células inmunes habían regresado a la médula provocando un mayor nivel de inflamación. Por lo que, en lugar de cumplir su barrera protectora contra las infecciones, estos monocitos habían sido alterados transformándose en proinflamatorios, lo que se traduce en una debilidad para hacer frente a potenciales infecciosos.
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