Una chica toma unas notas a mano en una libreta.

Las razones por las que deberíamos escribir más a mano, una tarea olvidada  

Un docente afirma que este ejercicio aporta grandes beneficios para todos aquellos que lo practican 

Teresa Moreno

La tecnología se ha convertido en un elemento esencial en todos los ámbitos de nuestra vida diaria, ya que ha marcado la forma en la que accedemos a la información y en la que nos relacionamos. Cada vez son más los expertos y los estudios que demuestran que escribir a mano tiene grandes beneficios, pese a que sea una tarea olvidada.  

Según Carlos Javier González Serrano, profesor de Filosofía y Psicología en Madrid, escribir a mano potencia las capacidades intelectuales, motrices y psicológicas. “Cada vez se escribe menos a mano. Puede parecer una acción sin importancia, pero escribir fortalece la memoria y la asociación de ideas, ejercita la atención y la concentración, mejora nuestro lenguaje y, en un mundo tan rápido, puede ser terapéutico y ralentizar nuestros ritmos”, escribió en un tuit el pasado lunes 9 de enero. 

Rápidamente se hizo viral llegando alcanzar más de 12.000 me gustas y una oleada de comentarios, en los que la mayoría de usuarios compartían estas palabras. Dos días después de este tuit, este profesor ha sido entrevistado en el programa de La Ventana de la Cadena SER para matizar su mensaje. 

«Se ha hecho viral porque todos demandamos escribir más, paradójicamente nos damos cuenta de que queremos, pero nos cuesta más», ha defendido el profesor de bachillerato. Además, señala como culpable a la adicción que generan las nuevas tecnologías

Un adolescente hace los deberes en un cuaderno.
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Valorando detenidamente si en la sociedad somos capaces de escribir, el docente aclara que esta no es “ágrafa” sino más bien que predomina un “analfabetismo funcional”. Algo que, en palabras de González, no solo aglomera a los más jóvenes sino también a los adultos. 

Con este término hace referencia a que las “nuevas generaciones saben leer y escribir, pero no tienen ganas de hacerlo”. El motivo que hay detrás de ello es la propia “autocomplacencia”, ya que influye directamente en el “acortamiento entre acción y gratificación”. De hecho, el docente aclara que cuando los alumnos esperan un comentario positivo a cambio, los profesores dejan de aplicar su rol original en el aula, ya que pasan a convertirse “socio-animadores”.  

La curiosidad de los alumnos 

El docente también ha detallado que cada vez son más los alumnos que preguntan “para qué sirven las cosas”. Por eso, insiste en que es justo ahí donde el docente siempre debe defender y proteger el conocimiento: “Tenemos que poner en valor el conocimiento, todo influye, también la cultura”. 

Con todo ello, el profesor insiste en su mensaje de que escribir a mano mejora la memoria, la concentración y hasta la asociación de ideas. También alerta que para no perder este hábito es necesario “preguntarse cómo innovar” teniendo siempre como aliado a la tecnología. 

Por eso, él siempre pide a sus alumnos que le entreguen las tareas a mano, aunque “tarden más”, ya que es una manera de evitar que se pierdan capacidades motrices y psicológicas.