El peligro de comprar fruta por mitades

Presenta un mayor riesgo de contaminación

Ana Más

Cada vez es más frecuente que supermercados y fruterías ofrezcan al cliente la posibilidad de comprar la fruta por mitades. Algo muy útil para aquellos para los que llevársela entera no les resulta nada rentable porque terminan tirando la mitad. Sucede sobre todo con la sandía, la papaya, la piña y el melón. El objetivo también en estos casos es reducir el desperdicio de alimentos. Pero, ¿hasta qué punto es saludable comprar así la fruta? Te lo contamos.

Aunque la fruta troceada suele estar en los establecimientos en la zona de refrigerados, junto alas ensaladas en bolsa y las verduras preparadas, las frutas cortadas a la mitad están con el resto de la fruta entera. La fruta manipulada se contamina más fácilmente, ya que su interior queda expuesto al aire sin una piel que la recubra e impida que se contamine.

Desde Uppers aluden a una investigación que ha realizado La Agencia Española de Seguridad Alimentaria sobre ello, a partir del estado de conservación de varias frutas como el melón y la piña y cuyas conclusiones parecen claras: la fruta cortada posee una vida útil mucho menor, aunque las más maduras y ácidas como la piña, de deterioran antes.


Fruta por mitades: si las consumes así no hay ningún problema

Por eso, para evitar problemas de salud, debemos comprobar que el comercio donde vayamos a comprar estas frutas cortadas por la mitad cumplen las medidas de higiene reglamentarias y que mantienen el acondicionamiento y temperatura adecuados. Si es así, no hay ningún problema en adquirirla.

Y es que como avanzábamos antes, la fruta cortada tiene un riesgo mayor de contaminarse. Desde la OCU lo explican: “La fruta una vez cortada presenta un mayor riesgo de contaminación, por la propia manipulación (higiene del cuchillo, tabla de cortar…) y porque en el proceso de corte y preparación la pulpa de la fruta, la parte comestible, que hasta ese momento está protegida por la piel o la cáscara, queda expuesta al aire y a agentes externos”.

La misma organización da algunas pautas a la hora de comprar así la fruta:

  • Elegir aquellas que no estén muy maduras.
  • Evitar que pase mucho tiempo entre la compra y la llegada a casa dónde la meteremos inmediatamente en la nevera.
  • Si no la consumimos entera, volver a guardarla tapada con papel transparente.
  • Lavarnos muy bien las manos y el cuchillo con el que la vayamos a cortarla para evitar así la contaminación cruzada.

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