Roberto Leal

Roberto Leal se emociona al recordar a su padre: «La vida no ha sido buena con él»

El presentador se rompió en el programa de Joaquín Sánchez

Andrea Romero

Joaquín Sánchez regresa a la televisión con ‘El Novato’, programa en el que entrevistó a Ana Obregón la semana pasada, siendo esta la primera entrevista que la actriz hace desde el nacimiento de su nieta Ana Sandra. Esta semana, el futbolista ha contado con la compañía de Roberto Leal, el presentador de ‘Pasapalabra’.

Los andaluces han pasado por todo tipo de temas, con los que han reído, pero también se han emocionado. Esto último ocurrió cuando Leal hablaba sobre su vida personal, específicamente al tratar el tema de su padre fallecido.

Además, el sevillano ha hablado sobre cómo conoció a su mujer, a lo que se han unido también su madre y su hermana, haciendo intervenciones de lo más divertidas y entrañables a la entrevista al hablar contar anécdotas sobre la infancia del presentador.


Roberto Leal se rompe al hablar de su padre

Al preguntarle sobre la admiración que el presentador sentía por su padre, Roberto no pudo contenerse. «Mi padre era un hombre muy especial. Era albañil, trabajaba mucho fuera y se iba muy temprano y llegaba tarde y cuando llegaba él cenaba antes que nadie porque quería cenar ya para acostarse pronto», comenzaba a hablar sobre él.

«Precisamente de esa personalidad que tenía tan potente, yo tenía una relación también muy cercana con él porque yo mis primeros trabajos fueron con él», continuaba explicando sobre su admirado padre. Además, contaba que, gracias a él y junto a él, Roberto comenzó a trabajar para pagarse la universidad y el carnet de coche.

El padre de Leal falleció en 2019, y él mismo admite que la vida no había sido buena con él. «Se fue muy joven, con 65 años. Él empezó a tener problemas con el azúcar, él era diabético, tenía una diabetes de esas malas. Al final, como son nuestros padres, gente de trabajar y trabajar, que no querían mirarse las cosas. Él empezó con 30 años la diabetes que se la diagnosticaron, pero no empezó a ponerse insulina hasta los cuarenta y tantos años».

Tras ello, contaba con tristeza que continuó arrastrando otras enfermedades. «Luego un día a los 52 años le dio un infarto y yo pensé que no pasaba de ahí. Tuve la suerte de que me cogió en mi casa. Lo que es la vida, que parece que me estaba esperando para que yo estuviera ahí. Luego ya poquito a poco se fue apagando».