Una mano sosteniendo un cigarro fumar

Hemos vivido ‘engañados’: Es fumar lo que engorda y no el hecho de dejar el hábito

Así lo dice un estudio realizado por un grupo de científicos de la Universidad de Copenhague

Ana Más

Desde hace años se asocia dejar de fumar con engordar. La teoría es que al dejar el tabaco, aumenta la ansiedad ante la abstinencia y esta nos lleva a comer de manera desmedida provocando a su vez que engordemos. 

Sin embargo según un reciente estudio fumar engorda. Lo acaban de publicar un grupo de científicos del Centro Novo Nordisk Foundation de Investigación Metabólica Básica de la Universidad de Copenhague, en la revista científica ‘Addiction‘, que explican que él existe un aumento de la grasa abdominal asociada al consumo del tabaco. Y es que lo que sobre todo aumenta es la grasa visceral, la que rodea a nuestros órganos internos como el hígado. 

Según numerosos estudios la grasa abdominal elevada, asociada a una mayor grasa visceral, está relacionada con una presión arterial mayor, apnea del sueño, enfermedades cardíacas, etc, además de aumentar la predisposición a infartos y derrames cerebrales. 


Fumar hace que tengamos más grasa visceral

En el estudio también se tuvieron en cuenta otros hábitos como el consumo de alcohol o los antecedentes socioeconómicos, que pueden ocasionar también aumento de grasa, para asegurarse de que “cualquier conexión que encontraran entre el tabaquismo y la distribución de la grasa corporal se debiera realmente al tabaquismo en sí y no a otros factores”, explican desde La Razón. 

Además los científicos utilizaron la aleatorización mendeliana, que es una forma de análisis estadístico, una prueba en la que combinaron «los resultados de distintos estudios genéticos de ascendencia europea para buscar relaciones causales entre la exposición al tabaquismo y medidas de distribución de la grasa corporal, como la circunferencia de cintura y cadera”, explican desde el mismo medio. 

Lo explica su autor principal, el Dr. Germán D. Carrasquilla: «Este estudio descubrió que empezar a fumar y fumar a lo largo de la vida podría causar un aumento de la grasa abdominal, como se observa en las mediciones de la relación cintura-cadera. En un análisis posterior, también descubrimos que es más probable que el tipo de grasa que aumenta sea la visceral, en lugar de la que se encuentra justo debajo de la piel» .

La conclusión parece clara, aunque los fumadores suelen pesar menos que los no fumadores, también tienen más grasa abdominal y, peor si cabe, más grasa visceral abdominal.