Pensar en tareas de casa

Así funciona el ‘efecto Zeigarnik’, el motivo por el que no paras de pensar en tus tareas pendientes

Todo lo que te queda por hacer activa un mecanismo mental que te impide desconectar, pero los expertos te explican cómo darle la vuelta

Alba García-Fogeda

¿Te pasa que te vas a dormir y, justo cuando intentas relajarte, tu mente empieza a pensar en todo lo que no hiciste? No eres la única persona. Este fenómeno tiene nombre y apellido. Se trata del efecto Zeigarnik y puede explicar por qué cuesta tanto desconectar incluso en tus momentos de descanso.

El concepto nació en los años 20 gracias a la psicóloga soviética Bluma Zeigarnik. Durante una visita a un café, observó que los camareros recordaban perfectamente los pedidos no pagados, pero olvidaban enseguida los que ya habían servido. Intrigada, realizó varios experimentos y comprobó que las tareas interrumpidas se recuerdan mejor que las completadas.

Según Zeigarnik, cuando empezamos una actividad, el cerebro genera una tensión interna que solo se libera al completarla. Esa es la razón por la que nos cuesta soltar lo que dejamos a medias, desde un correo sin enviar hasta una conversación pendiente.

Estudios recientes lo confirman

Una revisión publicada en Nature Human Behaviour analizó más de sesenta años de investigaciones y confirmó que el efecto Zeigarnik sigue siendo válido, aunque su intensidad depende del tipo de tarea y del grado de implicación emocional. Cuanto más importante o significativa es una meta, más fuerte se vuelve esa necesidad de cierre.

El psiquiatra Jordi Risco advierte que, si bien este mecanismo puede ayudarnos a mantener la constancia, también provoca ansiedad y dificultad para desconectar cuando acumulamos demasiadas tareas abiertas o sentimos que nunca llegamos a todo.

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Cómo aprovechar el efecto sin que te domine

  • Empieza, aunque sea poco. Iniciar una tarea despierta el impulso natural a continuar.
  • Haz listas y prioriza. Escribir lo pendiente reduce el “ruido mental” y da sensación de control.
  • Divide lo grande en pasos pequeños. Cada cierre parcial libera espacio en tu mente.

Desconecta con propósito. No todo tiene que resolverse hoy, aprende a poner punto y aparte a las tareas.

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