¿Sabías que la música puede ser mucho más que un simple acompañamiento en tu día? Escuchar tus canciones favoritas no solo levanta el ánimo, también tiene efectos reales en tu salud: ayuda a reducir el estrés, mejora la memoria y hasta puede disminuir la presión arterial. Según expertos, las melodías actúan como un “entrenamiento” para el cerebro, favoreciendo la concentración y la creatividad. En definitiva, ponerle banda sonora a tu vida no es solo cuestión de gusto, ¡es una inversión en bienestar!
Tal y como recoge el National Institutes of Health (NIH), la música activa una serie de estructuras del cerebro que están implicadas en el pensamiento, la sensación, el movimiento y la emoción, ya sea interpretándola o escuchándola.
Por ejemplo, la música provoca que se liberen sustancias químicas en el cerebro (neurotransmisores y hormonas), recuerdos y sentimientos y promover los vínculos sociales. De hecho, puede afectar a la estructura del cerebro, ya que ciertas estructuras del mismo son más grandes en los músicos que en los no músicos, y estos cambios son especialmente notables en las personas que comenzaron su formación musical a una edad temprana.
Un claro ejemplo de ello es la musicoterapia, una disciplina terapéutica que emplea la música y sus elementos (sonido, ritmo, melodía, silencio y armonía) para promover, mantener y restaurar la salud física, emocional y mental de las personas.

Y aunque los estudios acerca de los beneficios de las intervenciones con musicoterapia son aún preliminares, las conclusiones señalan que este método puede aliviar la ansiedad, los síntomas depresivos y el dolor asociados a una serie de afecciones de salud, así como para algunos otros síntomas asociados con la demencia, la esclerosis múltiple, la enfermedad de Parkinson y otras afecciones.
Estas son algunas de las afecciones en las que la música ha ayudado notablemente a los pacientes que las padecen, según las investigaciones preliminares recogidas por el NIH:
¿Significa esto que la música ha hecho que los pacientes con estas afecciones se curen? Para nada. Desde NIH hacen hincapié en que hasta el momento solo hay estudios preliminares al respecto y aunque son de lo más prometedores, no garantizan una ‘cura milagrosa’ a través de la música.
Lo que sí se ha comprobado en la mayoría de los casos mencionados es que la música ayuda a reducir ciertas dolencias y síntomas de los pacientes que padecen alguna de estas enfermedades.
Aunque al final, como hemos mencionado al principio, los beneficios de la música en nuestro organismo tienen un efecto más emocional en las personas, por lo que sirven de especial ayuda en la salud mental.
Un estudio publicado en ‘Psychoneuroendocrinology’ reveló que varios pacientes sometidos a tratamientos médicos en los que escuchaban música mostraron una reducción significativa en sus niveles de cortisol y ansiedad. Además, también contribuye en el aumento de la relajación y la recuperación.

Otra investigación publicada por la American Psychological Association señaló cómo la música terapéutica se utiliza para tratar la depresión y la ansiedad, mejorando la calidad de vida de muchas personas. Mientras que un estudio del ‘Journal of Music Therapy’ encontró que la música de fondo puede aumentar la capacidad de concentración en «tareas cognitivas prolongadas».
Según la American Music Therapy Association, todos los tipos de música pueden ser útiles para hacer cambios benéficos en la vida de una persona, pero hay algunos estilos que potencian más este poder:
Investigadores de la Universidad de Nevada y la Universidad de Standford descubrieron que para relajarse la música ideal es aquella que tenga un tempo (duración de cada nota musical) de 60 a 80 golpes por minuto (60-80 BPM) y que mantenga un ritmo constante, igual que el ritmo cardíaco normal.
Pero hay otros géneros que también nos pueden ayudar a potenciar ciertas emociones:
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