La llegada de la factura de energía supone para muchas familias u hogares un verdadero quebradero de cabeza. Y es que cuando llega esta factura nos damos cuenta de todo el gasto de luz mensual que hacemos y que, en una gran parte, nos podríamos evitar al ser conscientes de lo mucho que gastan según que electrodomésticos.
Son muchos los trucos y alternativas que muchos también encuentran para conseguir que la cantidad descienda. Así se pudo testificar en meses en los que la luz parecía haber pasado a ser un lujo, en los cuales se calculaban hasta a qué horas poner tandas de lavadora o lavavajillas como una tendencia entre los españoles.
Sin embargo, si vamos un poco más allá, también podemos descifrar otras alternativas para evitar un gasto innecesario de luz. Así pasa también con determinados electrodomésticos que dejamos enchufados y que, aunque no estén encendidos, continúan consumiendo electricidad.
Con motivo de evitar un gasto innecesario a la hora de revisar las facturas, se plantea el desenchufar según que electrodomésticos a la hora de irnos fuera de casa o de que estén muchas horas continuadas sin uso, como suele pasar mientras dormimos.
Televisor
Este aparato eléctrico es uno de los más claros y que siempre que no se use se debe dejar desenchufado. Y es que, aunque la pantalla esté en negro, el televisor sigue consumiendo electricidad para mantener ciertas acciones como el encendido rápido. De hecho, la Comisión Federal de Electricidad (CFE) estima que un televisor puede consumir hasta 8,76 kilovatios por hora si permanece enchufada todo el día. Un gasto que se puede evitar, teniendo en cuenta la cantidad de tiempo que está apagada pero enchufada.
Electrodomésticos de cocina
Aparatos electrónicos de cocina tales como la cafetera también deben dejarse desenchufados. Entre ellos podemos encontrar cafeteras, hornos, microondas, pantallas e incluso ventiladores eléctricos que, aunque estén apagados, siguen consumiendo electricidad y suponiendo un gasto en la factura.
Teléfonos, portátiles o similares
Una de las opciones más comunes a la hora de irse a dormir es dejar cargando ciertos dispositivos móviles, tales como los teléfonos, portátiles, relojes inteligentes o similares. La realidad de esto es que, una vez se completa la carga, se sigue consumiendo electricidad para que esta carga se mantenga, siendo éste otro gasto innecesario. Además, el dejar enchufados los cargadores a pesar de que no haya nada cargando también consume pequeñas dosis de electricidad que, más tarde, se verán reflejadas en tu factura.
Todo esto va haciendo una pequeña suma de gastos innecesarios, convirtiéndose en un gasto mucho más notable que, desde luego, se puede evitar.
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