Aquagym

Los mejores ejercicios si sufres lipedema, una enfermedad frecuentemente confundida con la obesidad

Opciones suaves como el 'aquagym', senderismo o bicicleta mejoran la circulación y bienestar sin sobrecargar las articulaciones

Alba García-Fogeda

El lipedema es una enfermedad crónica del tejido adiposos que provoca una acumulación anormal de grasa y líquidos sobre todo en piernas, y en ocasiones brazos, excluyendo pies y manos. No debe confundirse con la obesidad, el exceso de grasa en el lipedema suele ser resistente a dietas o rutinas de ejercicio convencionales.

Los síntomas pueden incluir dolor, sensibilidad al tacto, sensación de pesadez, tendencia a formar hematomas, inflamación, y en ocasiones dificultades de movilidad y problemas circulatorios. Por ello, el tratamiento no se basa solo en perder peso, sino en mejorar la calidad de vida, aliviar molestias y favorecer la salud vascular y linfática.

¿Por qué el ejercicio tiene un papel importante?

Aunque el ejercicio no elimina la grasa lipedematosa por sí solo, sí aporta beneficios claves: mejora la circulación sanguínea y linfática, reduce inflamación, alivia la pesadez de las piernas y contribuye al fortalecimiento muscular. El movimiento muscular actúa como una ‘bomba’ natural que favorece el drenaje de fluidos y disminuye la retención en los tejidos.

Además, mantener un estilo de vida activo junto con hidratación, descanso y, cuando corresponde, uso de prendas de compresión, puede ayudar a controlar síntomas crónicos y mejorar la movilidad.

Ejercicios recomendados si sufres lipedema: opciones suaves, seguras y eficaces

Senderismo
Senderismo | Getty

Según expertos como el Dr. Hamidreza Eskandari, estas son las prácticas más adecuadas cuando se convive con lipedema:

  • Natación o ejercicio en el agua (aqua-aeróbic, caminar en el agua). El agua ejerce una presión natural que favorece la circulación, reduce el impacto sobre articulaciones y mejora el drenaje linfático.
  • Caminatas suaves o bicicleta. Actividades de bajo impacto que movilizan los músculos de las piernas sin someter a las articulaciones a esfuerzos bruscos.  
  • Ejercicios de fuerza moderada y tonificación muscular ligera. Fortalecer los músculos ayuda a dar soporte a las zonas afectadas y contribuye a mejorar la circulación y estabilidad.  
  • Estiramientos y ejercicios de flexibilidad. Tras la actividad, estirar suavemente (isquiotibiales, cuádriceps, gemelos, etc.) ayuda a evitar rigidez y mejora la movilidad. 

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