«Yo para ser feliz solo necesito una buena guitarra». Con esta frase, acompañada de un vídeo en su perfil de Instagram, David Otero ha vuelto a recordarnos que la música no es solo su profesión, sino también su refugio personal.
A punto de empezar la gira Una guitarra y yo, el cantante se ha tomado un momento para practicar la llamada terapia de cambio de cuerdas ajustando las cuerdas de su inseparable Fender Jaguar tras los conciertos que ha realizado a lo largo de este 2025.
En el vídeo se le puede ver concentrado, herramientas en mano, afinando cada detalle con la calma de quien conoce cada parte de la guitarra, cada vibración. Y es que, para el exintegrante de El Canto del Loco, este gesto va más allá del mantenimiento técnico. Es un ritual de conexión con su instrumento y consigo mismo.
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Durante su próxima gira, una de las más íntimas y sencillas de su carrera hasta el momento, David va a estar acompañado únicamente de su guitarra y de ese pequeño maletín lleno de herramientas que guarda como un tesoro.
Cambiar las cuerdas, limpiarla, ajustarla… son gestos que le devuelven a esos primeros días en el mundo de la música, a la nostalgia de llevar tanto tiempo haciendo lo que más le gusta. Es un momento de reflexión y calma con uno mismo que a él le hace bien.
Esa es, quizá, la clave de su serenidad. Cuidar de su guitarra como quien cuida la parte de sí mismo que más ama o algo que quiere proteger de los demás. Y mientras pone a punto una cuerda tras otra y las afina, el cantante de Buscando el sol también afina su mente para seguir recorriendo escenarios y transmitir sus emociones.
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