Normalmente demandas como estas afectan a los artistas más reconocidos a nivel internacional, ya sea bien porque una persona quiere reclamar con todas las de la ley sus derechos en una canción de la que un artista se ha beneficiado económicamente, o bien por llamar la atención enzarzándose en una guerra de demandas con un gran nombre de la música.
Sea como sea, artistas como Shakira, Enrique Iglesias o Luis Miguel han sido acusados de plagiar sus canciones en algún que otro momento de su carrera.
Eduard E. Bello, más conocido como ‘El Cata’, es un artista dominicano que participó en la composición y el videoclip de Loca, uno de los grandes temas de la carrera de Shakira. Cuatro años después de su lanzamiento a la artista le llegó una demanda de este que defendía su autoría en el tema y por la que la de Barranquilla era acusada de plagio.
Otros cuatro años han tenido que pasar para que finalmente el juez determine que Shakira no es la autora de la canción.
¿Y si después de protagonizar una de las canciones más exitosas de los últimos años te acusan de haberla plagiado? Ya os avisamos de que esto sucede cuando el tema o el artista goza de un éxito atroz, y es lo que le ocurrió a Enrique Iglesias con Bailando, tema en el que también participaron sus fieles amigos de Gente de Zona y Descemer Bueno.
Dos músicos de Florida, Cristian Mauricio Escuti y German Schulz, acusaron a estos de haber copiado su tema llamado Quiero bailar contigo, del año 2009. La demanda no pudo llegar a más porque estos no habían registrado la canción en su momento, por lo que perdieron la oportunidad de reivindicar cualquier derecho.
Pero eso no es todo, y es que Julio Iglesias, el padre de Enrique, también tuvo que lidiar con situaciones similares. El artista estuvo metido en líos allá por los 90 con el compositor Norberto Moreno, que reclamaba la autoría de Morriñas, una de las baladas que forma parte de Momentos, álbum del madrileño.
Así debió quedarse el mexicano cuando el compositor Marcos Lifshitz le acusó de plagiar su canción Siento nuestro aliento en el tema con el que El Sol daba nombre a su disco Amarte es un placer. En este caso, Luis Miguel perdió el juicio y fue condenado a entregar a Lifshitz el 40% de los beneficios generados con el tema, según informó en su día la revista People.
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