Un asunto a colación de la noticia de Patricia Imaz procedente de Florida. Allí, un hombre llevó al límite el juego del escondite, metiéndose en una maleta y quedándose finalmente sin aire.
Historias menos trágicas nos cuentan nuestros oyentes, como Elena. Su padre fue a recogerla al trabajo y salió con su nieta y las llaves del coche dentro. Al volver ambos, se encontraron a la pequeña con la boca llena de ketchup y unos cuantos perritos calientes menos de los que compraron.
Cuando esta misma situación le ocurre a tu hijo o hija, eres capaz de cualquier cosa. El mejor ejemplo es el marido de Ana en Villacañas. Al ver el pie de su niña encajado entre el respaldo y el asiento de un banco, lo solucionó a base de puñetazos. Lo más sorprendente es que era de piedra.