Tiziano Ferro

Tiziano Ferro se confiesa sobre sus problemas con el alcohol: «Acabé en hospitales y situaciones límite»

Noelia Bertol

Hace 10 años, cuando Ricky Martin daba el paso y salía del armario públicamente, numerosos adolescentes encontraron una figura en la que verse reflejados. Pero la actitud del artista puertorriqueño sirvió para mucho más, como por ejemplo allanar el camino de otras personalidades públicas homosexuales. 

De alguna manera, Martin fue el impulso que Tiziano Ferro necesitó para, pocos meses después, compartir abiertamente su orientación sexual. «Todo ayuda, porque si no tenemos ejemplos, no tenemos espejos para no sentirnos solos«, confiesa este en su nuevo documental, Ferro, que estará disponible este viernes 6 de noviembre en Prime Video. 

Ocultar su orientación sexual a través de las presiones del entorno en el que creció jugaron una mala pasada al artista italiano, que terminó recurriendo a la bebida. En su adolescencia este sufrió acoso por estar entrado en carnes y tener actitudes afeminadas. Ese fue el origen de todo.

Luego llegó su oportunidad en la música, aunque nadie apostó por él hasta que logró perder peso, sin importar los métodos que utilizara para ello. A los 21 años, sin siquiera conocerse a sí mismo, pasó a ser conocido para el mundo, llegando a cosechar una carrera de éxito internacional.

Pero bien sabemos que el éxito profesional no va de la mano con el personal, y cuando hay un problema con el segundo, el primero no vale nada. Tiziano Ferro se refugió en el alcohol.

«A mí muchas personas me vieron en dificultades; acabé en hospitales, accidentes o situaciones límite, pero nunca nadie se atrevió a decirme que igual tenía un problema», expresa el artista denunciando que en países como Italia o España el alcohol se haya convertido en un elemento esencial de las relaciones humanas, convirtiendo en tabú los problemas que conlleva abusar de él.

Culpable de ser quien es

 

El ambiente en el que creció Tiziano Ferro no le hizo el camino fácil para reconocerse en el espejo durante su juventud y mostrarse al mundo tal y como es. «Crecí sin saber quién era, porque no había personas como yo, que me dijeran que eso estaba bien y que lo importante era ser honesto«, confiesa el cantante.

Su compañía se ocupó de acallar todos los rumores sobre su orientación sexual controlando hasta el vestuario del artista para que este no fuera «demasiado gay«. Para ello había una persona que se encargaba expresamente de vaciar su maleta y decirle qué se podía poner y qué no.

Un final feliz

 

A sus 27 años se dio cuenta de que no podía seguir así y que estaba llegando a su límite. Entonces comenzó a andar el camino de la libertad y la rehabilitación. El italiano comenzó a asistir a terapia, donde cayó en la cuenta de que «lo único que quería era amor y que, para ello, había que entregarse al mundo y pedirlo«, algo que nunca se había permitido el lujo de experimentar por «falta de autoestima y negación«.

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Un amor que encontró hace unos años en Victor Allen, su actual esposo con el que contrajo matrimonio el pasado 2019. 

Ahora nos cuenta en este documental el camino de piedras que atravesó para llegar hasta la felicidad de la que hoy disfruta como una manera de sanar las heridas y liberarse del peso que supone compartir la verdad.

Hoy conocemos más a Tiziano Ferro no podemos más que agradecer su honestidad. Ojalá que su experiencia sirva para hacer a otros el camino más fácil. 

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