Complejos sexuales, cuando las barreras las ponemos nosotros mismos

María Aragonés

Los estándares de belleza nos presionan día a día en muchos aspectos: desde la ropa que compramos hasta la actitud que mantenemos durante el sexo. Siempre hay alguna parte de nuestro cuerpo que nos avergüenza: los pechos, el pene, la barriga, los muslos… Nada nos parecerá suficiente si nos comparamos con actores, actrices o modelos con cuerpos canónicos. La desnudez nos hace vulnerables, ya que nos obliga a mostrar aquello que preferimos esconder.

Muchas personas sufren por sus complejos sexuales en vez de centrarse en el placer. La excitación no se produce en los genitales, sino en el cerebro, por lo que una preocupación excesiva nos impedirá disfrutar del sexo al 100%.


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