Depresión navideña: cómo lidiar con la pérdida de nuestros seres queridos

La depresión navideña por la ausencia de nuestros seres queridos se repite por segundo año con la pandemia.

Guss González

Las navidades son, sin duda, unas fechas muy señaladas para muchas personas. La mayoría, por la ilusión que representan, pero para algunos, la llamada depresión navideña propicia que estos días sean difíciles de gestionar.

En general, es la época del año más emocional. Reunirte con tus seres queridos suele ser motivo de alegría que junto a unos merecidos días de descanso proporcionan paz y sosiego. Por el contrario, algunas personas experimentan lo que se conoce como blues de navidad o depresión blanca.

Esta tristeza relacionada con esta época del año tiene motivos muy variados y diferentes. Para algunos estará marcada de manera significativa por la pérdida de sus seres queridos.


Para otros, las razones girarán en torno a la imposibilidad de celebrar reuniones, por distancia o por las restricciones relacionadas con el coronavirus, o por el recuerdo de épocas mejores… O incluso por la aparente obligación de estar alegres que otros nos transmiten.

Los especialistas señalan estas razones y sobre todo, la enorme carga emocional que tienen estas fechas. Además, solemos disponer de más tiempo con nosotros mismos para «sentirnos», lo que implica una mayor conexión con asuntos pendientes y con nuestro propio dolor.

 

La Depresión Navideña es una realidad

 

El factor que lidera esta depresión estacional es la pérdida relativamente reciente de un ser querido. El duelo es sin duda el mayor reto al que nos enfrentamos las personas a lo largo de nuestras vidas. Y estas situaciones provocan una tristeza sobrevenida al plantear recuerdos o reuniones con familiares en las que, sin duda, contaremos las ausencias.

A estas circunstancias debemos añadir las consecuencias en nuestra salud mental de la propia experiencia de la pandemia. Según la revista especializada The Lancet, de media y a nivel global, con la pandemia, los trastornos de ansiedad aumentaron en torno al 26% y los de depresión llegaron al 28% de incremento.

 

Como gestionar la ausencia y la depresión blanca

 

Los especialistas se ponen de acuerdo a la hora de enumerar algunos consejos para lidiar de la mejor forma posible con el duelo y las ausencias de nuestros seres queridos durante estas navidades.

1. Modifica la forma en la que habitualmente celebras la Navidad. Repetir las mismas cenas en el mismo orden y los mismo lugares incrementa la sensación de pérdida. La recomendación habitual es organizar encuentros previos o incluso cambiar las rutinas navideñas celebrando las comidas y cenas en nuevos lugares y de nuevas maneras.

2. Busca simbología para recordar a los ausentes. Puedes buscar objetos que evoquen a la persona que ya no está. Algunos optan por dejar una silla vacía para tomar conciencia y honrar la ausencia.

3. Evitar encerrarnos en nosotros mismos. Los duelos y las ausencias se viven mucho mejor si se comparten. Aprovecha cada evento para apoyarte en los demás y no te encierres en ti mismo.

4. Busca actividades de ocio y distracción. Si dispones de vacaciones o unos días de descanso, aprovecha para ver alguna película, una serie pendiente, cocinas, hacer deporte, dar paseos… Cualquier actividad de ocio que te permita estar distraído…

5. Déjate cuidar y cuídate a ti mismo. Abrazar los gestos de atención y cuidado de los demás es bueno para ti. Apoyarlos y autocuidarte, son fundamentales. No lo olvides…

6. Tolera otras maneras de vivir el duelo. Cada individuo es único y diferente. Y cada uno vive el duelo y camino por el dolor de maneras muy distintas. Debes respetar y aceptar que cada uno lidia estas circunstancias a sus manera, y todas son válidas.

7. Fomenta la conversación sobre la ausencia. Mirar para otro lado, disimular el dolor o ignorarlos, no son buenos consejos. Hablar con tus seres queridos sobre la persona ausente ayuda a sobrellevar y compartir la carga. Expresarte desde tu dolor te ayudará a abrazarlo y superarlo.

8. Reparto de tareas. En estas fechas es habitual repartir las mismas tareas año tras año. Procura repartir las funciones que realizaba la persona que ya no está. Esto ayuda a evitar la sobrecarga sobre un única persona y reparte la pérdida entre los participantes: una oportunidad para que cada uno viva el dolor a su manera.

Y sobre todo, si consideras que tu solo no puedes superar esta situación, no dudes en solicitar ayuda a un profesional y a tu entorno.

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