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Diletta Leotta denuncia el acoso que sufre por ser pareja de Can Yaman

Noelia Bertol

Desde que hace unos meses Can Yaman y Diletta Leotta anunciaran públicamente su relación, las redes se volvieron locas. La pareja, que había mantenido su relación en secreto con el fin de proteger su intimidad, comenzó a compartir detalles que desataron todo tipo de rumores.

Una proposición de matrimonio fallida (Diletta le pidió al actor turco tiempo para pensarlo) sumió a la pareja en rumores de ruptura y la búsqueda de cualquier detalle que fuera muestra del estado de su relación.

Cansada de todo lo que se ha generado en torno a su vida privada, la periodista deportiva ha roto su silencio para denunciar públicamente el acoso que sufre por parte de la prensa del corazón. «Siempre he estado en silencio, hasta ahora. Y, quizás, me equivoqué. De hecho, me estaba engañando a mí mismo pensando que, tarde o temprano, la buena información sería mejor que el periodismo basura«, ha compartido a través de su cuenta de Instagram sobre esta parte de la profesión que comparte.


«Sufrí la gota diaria de veneno de chismes; los fotógrafos debajo de la casa y en monopatín detrás de cada uno de mis movimientos; los drones fuera de las ventanas. Pero ya estoy un poco cansada«, continuaba esta a través de una publicación que cuenta con el apoyo de su chico, que comentó con un corazón.

Esta denunciaba el hecho de que se lanzaran informaciones falsas sobre ella tratando de buscar el clic fácil, algo que no solo estaba pasándole factura a sí misma, sino también a su entorno. «¿Por qué una mujer no puede tener amigos, sino siempre y solo amantes? ¿Por qué si me encuentro con un buen chico dos veces para tomar una aperitivo hablamos de inmediato sobre un nuevo amor? ¿Por qué si salgo con un actor hermoso y somos felices tiene que ser una historia inventada?«, agregaba desmintiendo todo tipo de crisis sobre su relación con Can Yaman.

Diletta pide que se frenen estas actitudes por respeto no solo a su vida privada, sino también «a los lectores engañados por periodistas mal informados«. También por las personas de su entorno, que sufren con ella y «por el amor de mi abuela que, a sus ochenta años, cree equivocadamente en todo lo que escriben los periódicos«.

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