Vanesa Martín

Vanesa Martín: Frases de canciones con las que nos abrazó el corazón

La malagueña tiene un don para tocarnos la fibra

Noelia Bertol

¿Cuántas veces te has refugiado en la música en un mal momento y has encontrado en las canciones tu historia personal? ¿Cuántas de esas veces las canciones eran de Vanesa Martín? La artista tiene una magia que la hace única, y es que con sus temas logra abrazarnos el corazón, tanto… que no deja aire que nos rinda.

Embarcada en la gira de su último disco, Siete veces sí, y viviendo uno de los momentos más dulces de su trayectoria exudando música por los poros de su piel, Vanesa Martín se ha convertido en una estrella que brilla con luz propia. La que comenzó cantando en bares de Madrid acumula hoy siete álbumes de estudio, múltiples carteles de «entradas agotadas» en conciertos y numerosas colaboraciones con grandes compañeros de profesión.


Pero si algo la hace especial y única, es la facilidad de llegar al público con sus letras. Vanesa Martín tiene mucho de poeta y no hace falta recurrir al hecho de que tenga un poemario publicado, Mujer Océano, para demostrarlo, nos sirve con sumergirnos en sus canciones. ¡Déjate llevar por su magia!

– Que si me voy siempre me eches de menos sin que te comprometa un solo rato, contemos corazón que ya sabemos caer de pie como caen los gatos (Porque queramos vernos)

– No te soñé porque no conocía la dimensión de lo que me venía (Quién lo diría)

– Nos faltaron desayunos y caricias en la mesa, te faltó mirarme a solas y pedirme que volviera (No te pude retener)

– No olvides vida mía que te prometí. Llamarte, escribirte, pensarte, soñarte. Pero antes de todo ya empiezo a extrañarte (Aún no te has ido)

– Porque el sueño está en mis manos, si tú quieres lo salvamos. Y que nadie nos empañe la razón, hoy me entrego a lo que soy (Un canto a la vida)

– ¿Cuánto tiempo va a costarnos deshacernos del camino equivocado? ¿Cuántas luchas que en tu nombre desarmaron mi orgullo y mi sentir? (… Y vuelo)

 

– Y ahora que llegaron a mi vida con más fuerza que desgana abriéndome camino donde sólo había zarzas, dejándome en los ojos más miel que en las entrañas, haciendo carnavales en la esquina de una casa. Dejando que el silencio una vez más se me fuera, llenándome la boca de pasiones imperfectas, ahora vienes y me pides que te ayude y te comprenda, ahora tienes corazón (Te has perdido quién soy)

– Alguien que sepa frenar enero. Alguien que sepa que viene fuerte. Él llega demandándome mantas, entrelazándose entre las piernas de la gente que amando se calma (Frenar enero)

– Me olvido de todo, me olvido de mí, me olvido del tiempo que nos dedicamos. A ratos me olvido (…) Me quedo en su boca, los besos que agotan, mis piernas me piden asfalto y volar. Son cuatro palabras, resulta terrible decir la verdad (Tengo hábito de ti)

– Te sentí tan dentro que a veces presiento que estás a mi lado, me gusta contarte lo que me ha pasado hasta que descubro que he hablado sola (Polvo de mariposas)
– Si me olvidas vivirás tranquilo tendrás planes y proyecciones. Si me olvidas no habrán remolinos, ni altibajos de emociones. Porque el momento de encontrarnos llegó en plena tormenta, y aunque mis velas te buscaban mi dirección estaba quieta (Si me olvidas)
– Tengo la necesidad de verte, cabe el pensamiento de buscarte. Baila la inquietud de andar contigo frenando este gesto de abrazarte (Yo me pido vida)
– Si te sientas voy pidiendo algo de cena. Si te acercas, mis manos lo celebrarán. No pretendo ni saber, ni yo contarte lo que quiero es que me agarres y me lleves al final (9 días)
Vanesa Martín

Vanesa Martín es sensibilidad, es verdad, es abrazo y es compañía. Sus canciones no solo parecen confesarte un «yo te entiendo, he pasado por lo mismo«, sino que además te hacen sentir que no estás solo. Y la soledad, que muchas veces genera los sentimientos más tristes, a veces desaparece al darte cuenta de que no eres el único al que han engañado, al que algo no le ha salido como esperaba o que descubrió que algo no estaba hecho para él.

Y de eso las canciones de la malagueña saben mucho. Por eso sirven de refugio.

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