Hijos de alta demanda: cómo educarlos durante las distintas etapas de crecimiento

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Los hijos de alta demanda requieren de atención constante y pueden resultar muy agotadores. De hecho, es esencial tratarlos del modo adecuado para que no acaben desarrollando dependencia emocional.

13 características de los hijos de alta demanda

  1. Siempre quieren estar al lado del adulto y mantener un contacto físico constante con él.
  2. Son hiperactivos, tanto desde el punto de vista físico como intelectual.
  3. Derrochan energía e intensidad en todo tipo de actividades.
  4. Se muestran muy exigentes (jamás aceptan un “no” por respuesta) y están permanentemente insatisfechos.
  5. No son capaces de autocontrolarse, de modo que no pueden regular sus emociones por sí mismos. Tampoco saben entretenerse ellos solos.
  6. Aunque son extremadamente curiosos, les resulta difícil afrontar nuevos retos.
  7. Presentan hipersensibilidad frente a los ruidos y estimulación externa.
  8. Tienen un carácter terco e imprevisible y suelen armar rabietas.
  9. Son propensos a sentir estrés infantil, ansiedad y miedo. Les cuesta conciliar el sueño.
  10. Muestran alta dependencia de los adultos y requieren su constante aprobación.
  11. De bebés, insisten en mamar continuamente y lloran de forma particularmente fuerte.
  12. No soportan separarse del adulto, siquiera sea por un breve espacio de tiempo.
  13. Aunque se muestran emocionalmente inmaduros, suelen tener altas capacidades intelectuales.

¿Cómo gestionar las emociones de estos niños mientras crecen?

No trates de cambiarlo

No intentes modificar su personalidad y tampoco lo compares con nadie. Lo primero consumirá por completo tus energías y lo segundo mermará la autoestima de tu hijo. Tampoco es buena idea tratarlo de modo negativo o agresivo, ya que solo lograrás hacer que se muestre más rebelde. Lo más efectivo es ofrecerle refuerzos positivos cuando se muestre calmado y de buen humor.

Ofrécele tu apoyo

Lo mejor que puedes hacer por un niño o niña con alta demanda es dedicarle suficiente tiempo para que se tranquilice. Esto no significa que atiendas todas sus demandas, sino que aproveches para dialogar con él e invitarle a que enfoque sus energías hacia otros objetivos (deportes, manualidades, amigos…).


Es importante adoptar una actitud tranquila y amorosa, pero sin perder la firmeza en el caso de que el niño entre en “modo rabieta”. Si te encuentras exhausta, siempre puedes solicitar la ayuda de un familiar, cuidador o terapeuta.

Fortalece su autonomía

Con los niños de alta demanda resulta muy efectivo establecer límites claros y consensuados, y es muy recomendable predicar con el ejemplo. Además, es buena idea ir atribuyéndoles pequeñas responsabilidades, que irán aumentando progresivamente conforme vaya madurando.

Una vez más, conviene armarse de paciencia y adoptar una mentalidad positiva. Recuerda que estos niños son especialmente sensibles y que debes proporcionarles todo el apoyo emocional que requieren para que puedan afrontar los nuevos retos con mayor seguridad.

 

Desde luego, educar a un niño o niña de alta demanda constituye un gran reto. Sin embargo, merece la pena afrontar esta tarea con determinación para lograr que nuestros hijos se conviertan en adultos independientes y felices.

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