Los atrevidos aprovechan la pregunta del día para desahogarse con su amigo o familiar más tacaño

Rodrigo Díaz

Desde que Isidro Montalvo interviniese en su sección para acordarse de ellos, todo el programa de hoy ha tratado sobre las personas más tacañas que viven entre nosotros.


 

 

 

Jesús ha sido de los primeros en criticar a sus propios clientes, quienes «llegan a fin de mes muy cómodamente» y, sin embargo, reclaman hasta el último céntimo del cambio. Lo mismo con el jefe de María, capaz de acordarse de los cumpleaños de todos los empleados para que el desayuno ese día le salga gratis.

En el caso de Mario no es el jefe, sino su hijo, el cual pedía un menú para compartir con su novia en vez de pagar por dos. O la compañera de trabajo de la atrevida Ana, que se llevaba siempre al trabajo la bebida para no tener que pagarla en la cafetería de la oficina.

En este repaso de tacaños, tampoco podían faltar los familiares. Nana le reprocha a su hermana que le cobre el 1,20 que cuesta un sello cuando le pide décimos, mientras otra oyente se acuerda de su suegra y su afición por el «reciclaje«: «Coge los tuppers de la comida para llevar, los lava y los reutiliza», nos confiesa.

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