Paolo se gana el cariño de su suegra y la invita a bailar salsa con él

Rodrigo Díaz

Ya iba siendo hora de que Paolo, el gran amigo brasileño de Isidro Montalvo, tenga suerte en el amor y con la familia de su amante español. ¡Escucha!


 

 

 

En busca de Marisa, primero va a darse de morros con una atrevida que no tiene demasiado tiempo por estar cuidando de su nieto. Pocos segundos de llamada que le han llevado hasta su suegra de verdad; una encantadora mujer que le va a seguir el juego en todo momento.

Consciente de que tiene un hijo precioso y con ganas de preparar un delicioso arroz con pollo a la llegada de Paolo a España, va a interesarse más aún cuando el brasileño le anima a aprender salsa: «Con lo mulato y guapo que soy…», se dejaba querer.

Ella, a cambio, le ha asegurado un cocido calentito y unas mallas de leopardo para combatir el notable cambio de temperatura entre Salvador de Bahía y el invierno en España.