Por qué la entrevista de Miguel Bosé con Jordi Évole no debería haber sucedido nunca, según un experto

Redacción Cadena Dial

Alejandro Vera es psicoterapeuta y está dispuesto a dar otro punto de vista sobre todo lo que rodea a Miguel Bosé, sus teorías negacionistas y la entrevista concedida a Jordi Évole.

Hace unos meses escribió un artículo en el blog de Tras el diván dónde daba su punto de vista sobre el miedo y la duda que pueden tener las personas a la hora de vacunarse o esperar.

Como no podía ser de otro modo, en los comentarios de los usuarios saltó el tema de Miguel Bosé y el negacionismo.


Hace unos días el cantante fue entrevistado en el programa Lo de Évole y la respuesta mediática no se hizo esperar.

¿Defensa de la ciencia o maltrato a la salud mental?

«Desde que Miguel Bosé apareciese en el programa de Évole y se hiciesen públicas las dos partes de la entrevista -apunta Vera-, han sido muchas las voces que no han dudado en linchar al entrevistado y elevar al entrevistador por hacer una defensa de la ciencia y el pensamiento crítico«.

«En concreto –señala-, el lugar dónde más “fuego” ha habido es en Twitter, la red social donde se hacen juicios públicos y en la que la opinión se convierte en verdad».

Miguel Bosé, además de recibir numerosas críticas por sus creencias respecto al virus, también ha recibido burlas por su historia de consumo de ciertas sustancias.

La divulgadora científica Rocío Vidal puso un tweet contestando lo siguiente:

 

«Ahora –sugiere Vera– imagina por un momento que Miguel Bosé está convencido absolutamente de sus palabras, de sus teorías, que es incapaz de ver la incoherencia, la inconsistencia de muchos de sus argumentos. Esto es lo que le ocurre a una persona que padece un trastorno delirante, que es realmente una enfermedad mental y, nosotros, nos estamos riendo de ello».

Por supuesto, huelga decir que no tenemos constancia de que Miguel Bosé lo padezca, ni siquiera podemos sospecharlo -nos faltan todos los datos, pero este trastorno es mucho más común en la sociedad de lo que creemos.

Por ejemplo, un trastorno delirante es creer y obsesionarte -sin pruebas- de que estás siendo engañado por tu pareja, que te han extirpado un órgano pero no te han dejado cicatriz o que alguien te está enviando señales de amor que solo tu recibes.

Los delirios pueden afectar a situaciones que podrían ocurrir en la vida real, como ser perseguido, envenenado, infectado o amado en secreto.

La diferencia entre un delirio y una falsa o equivocada creencia es que la persona sigue creyendo en el delirio a pesar de que todas las pruebas lo contradigan claramente.

El estigma mental de las enfermedades poco visibles

Vera explica estar convencido de que «a muy pocas personas se nos ocurriría reírnos de una persona que se encuentra deprimida, o de otra que después de comer va al baño a vomitar. Sin embargo, algunas enfermedades mentales no gozan de tanta visibilidad ni respeto. El trastorno delirante, es un trastorno mental igual que lo son la ansiedad generalizada, el TOC o el trastorno bipolar. Bajo mi punto de vista, haber llevado a Miguel Bosé al público no contribuye a distribuir la ciencia y fomentar el pensamiento crítico, si no a generar “salseo” e iatrogenia»

La iatrogenia es sinónimo de empeorar un trastorno mental. «En este caso –aconseja el experto-, un delirio jamás se debe confrontar de forma directa».

«Yo estoy completamente de acuerdo en fomentar el pensamiento crítico y estar del lado de la ciencia, para mí, no hay otra forma de estar- confiesa Vera-. Precisamente por ello, con este artículo he querido concienciar sobre lo qué es un trastorno mental grave y como los moralismos deberían quedar en un segundo plano».

«En mi opinión y después de todos estos argumentos, esta entrevista no debería haber sucedido»sentencia.

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