¿Alguna vez te has pasado horas mirando al techo sin poder dormir? Probablemente, sí. Lo que quizás no sabías es que los alimentos que elegiste para tu cena pudieron influir en tu sueño, o mejor dicho, en la falta de él.
Maya García de Como Un Tronco, responsable de un blog especialista en sueños, ha desarrollado un estudio sobre aquellos alimentos que incluimos en nuestra dieta nocturna y, consecuentemente, pudieron afectar en nuestras horas de descanso.
Entre ellos, viejos amigos de los que seguramente ya has oído hablar: productos grasos, la cafeína, el alcohol y el azúcar.
Los cuatro alimentos que te impiden dormir y pueden estar quitándote el sueño
Cafeína
Se trata de los consumos más conocidos para quitar el sueño. De ahí, que sea recurrente cada mañana. El estudio Efectos de la cafeína en el sueño y funcionamiento diario, elaborado por el Centro Nacional de Información de la Biotecnología, recoge que el 90% de los americanos adultos consumen bebidas que contienen cafeína casi a diario.
Sin embargo, es un estimulante y excitante natural, que altera el estado del sistema nervioso central, aportando energía y estimulando el estado de vigilia, provocando como consecuencia, insomnio. “El consumo de cafeína durante el día causa una reducción del principal metabolismo de la melatonina en la noche siguiente, siendo uno de los mecanismo por los que se interrumpe el sueño”, se expone en la investigación.
Además, la pérdida del sueño encadenan otras desventajas, así como efectos negativos sobre el funcionamiento cerebral, el comportamiento y el rendimiento cognitivo.
2 Grasa
Los alimentos grasos, por su parte, son difíciles de digerir y están relacionado con la provocación de molestias y con la dificultad de conciliar el sueño. Una investigación de la Universidad Federal de Sao Paulo (Brasil), asegura que una cena alta en grasa, independientemente de lo que se coma a lo largo del día, aumenta el riesgo de un sueño perturbador.
Tras desarrollar el estudio, los resultados reflejaron que su consumo implicaba un sueño menos profundo y reparador, en la que se despertaban un mayor número de veces, dando vueltas en la cama durante la noche.
3. Alcohol
A pesar de que la ingesta de alcohol antes de dormir, en un principio, provoca somnolencia, su consumo afecta causando interrupciones a la fase del sueño profunda y REM, teniendo, así, un doble efecto sobre el descanso.
Su explicación la ha dado el Centro Nacional de Información de la Biotecnología, en su estudio Los efectos del alcohol en la calidad del sueño: “El consumo de alcohol podría inducir un sueño profundo al comienzo del ciclo del sueño, pero si este continúa durante más tiempo, la calidad general del sueño podría deteriorarse debido a la disminución de la cantidad de sueño de onda lenta y el rebote del sueño REM”.
En la misma línea, un aumento tanto de azúcares como de carbohidratos tienden a provocar interrupciones durante la noche. La Academia Americana de Medicina para el Sueño destaca que “un consumo excesivo de este alimento produce picos de glucosa que nos provocarán un aumento inmediato de la energía en nuestro cuerpo, yendo en contra de un sueño reparador.
La totalidad de los alimentos mencionados son de consumo habitual y de los cuales desconocíamos sus posibles efectos en nuestro estilo de vida y descanso. Por ello, se recomienda prestar atención a nuestra dieta. En palabras de García, “lo ideal es que no consumas ningún producto que genere efectos psicoactivos ni que altere el estado neurológico”.
